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Voto de Antonio Morales:
8
Aventuras Harry, un oficial británico, decide abandonar el ejército antes de que su regimiento se embarque con rumbo a Egipto para luchar contra los rebeldes. Su prometida y tres compañeros de armas le envían cuatro plumas blancas que simbolizan la cobardía. A partir de ese momento, Harry emprende peligrosas aventuras con el fin de poder devolver las plumas y recuperar el honor perdido. (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico film de aventuras coloniales, que no resiste un análisis socio-político desde la perspectiva actual, pero que yo valoro sólo como obra artística y cinematográfica. Sin duda la mejor versión hasta la fecha, que adapta la popular novela de A. E. W. Mason (1902), se trata de una grandiosa e inolvidable producción de Alexander Korda y la realización de su hermano Zoltan. Durante la década de los años treinta ambos, ya habían hecho otros film de aventuras mas o menos acertados, pero en esta ocasión consiguen un triunfo absoluto para el género. Un film donde su excelente argumento posibilita que la épica se imponga por su majestuosidad y el honor resulte un valor mancillado injustamente por unos caballeros altivos y presuntuosos.

El inicio tiene lugar en una Inglaterra cuya opinión pública está conmovida por la caída de Khartoum a manos de los derviches y por la muerte del famoso general Gordon. Otro general del ejército, Faversham – obsesionado por la continuidad del apellido dentro del ámbito castrense – descubre con espanto que su único hijo Harry (John Clements), se siente más atraído por la poesía y los valores humanos que por la carrera militar. Unos años después y tras la muerte de su padre, Harry, enamorado de la joven Ethne (June Duprez), hija de militar asimismo, que también es deseada por el capitán John Durrance (Ralph Richardson), decide por convicción renunciar al ejército en el preciso momento en que se llama a las armas para reconquistar el Sudán.

Harry es despreciado por sus compañeros y su prometida, cuyo padre, el general Borroghs (C. Aubrey Smith) es un altanero fanfarrón que trata con desprecio al que iba a ser su yerno. El día en que parten sus amigos hacia el frente, Harry recibe una pequeña caja que contiene tres plumas a la que se añadirá una cuarta de su novia, lo que significa el deshonor por su cobardía. Pero Harry confiará su secreto y la suerte a un viejo doctor amigo de su padre, partiendo en solitario para limpiar su honor. Un film narrado con pulso firme, con ritmo ameno y emocionante, en el que impera la aventura exótica con planos generales donde la tropa queda empequeñecida ante el agreste paisaje montañoso, la pequeñez del ser humano aplastado por la grandeza del paisaje. La siempre épica música de Miklos Rósza, la fotografía rojiza y sedienta del desierto en un magnífico technicolor.

La historia seduce porque aborda valores humanos como el amor, los principios morales, el honor, la lealtad, la generosidad y la valentía sin alardes presuntuosos. Que denuncia la incomprensión de un ser noble y sincero, pero que tiene la ingenuidad de decir lo que piensa ante una sociedad hipócrita, imperialista, adocena, elitista y de un patriotismo mal entendido. Por eso Harry, debe demostrarse a sí mismo y a sus seres más cercanos que el desprecio personal y su aislamiento social son totalmente injustos. Una película que goza de escenas memorables que no voy a detallar pero que es de recomendable visión para cualquier amante del buen cine, de ese que resalta valores universales inalterables al tiempo, como todas las grandes obras imperecederas.
Antonio Morales
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