No entiendo mucho la opinión de los expertos cuando casi por unanimidad consideran que una película es una joya y a mí en lo particular no me impactó lo suficiente o no le veo los méritos que ellos sí le encontraron. Tal situación me pasó con “The Florida Project” del director Sean Baker.

Tampoco me pareció la actuación Willem Dafoe como algo especial, además, Dafoe nunca ha sido un actor de grandes registros. En fin, “The Florida Project” es caótica y pretensiosa al ofrecer una propuesta de cine independiente sobre un tema harto tratado por el cine sin ofrecer, desde mi punto de vista, algo esencial.

Esta es una película de contrastes y de una tibia denuncia social en torno a los paraísos del entretenimiento que afloran en Orlando, Florida en los famosos parques desde la mirada triste de los habitantes de los suburbios aledaños. La propuesta de Baker es lapidaria: no hay el sueño americano como tal, no todos los habitantes de los Estados Unidos pueden acceder a montarse en las vertiginosas montañas rusas o visitar los castillos fabricados por la marca Disney. Además, estos parques “infantiles” hechos para los adultos que se niegan a crecer y madurar, son cuarteles infranqueables a menos que se cuente con el dinero para acceder a ellos.

El protagonista de ésta película, aparentemente, son los niños y su mirada inocente sobre el mundo corrompido de los adultos, cuando en realidad es el dinero, o mejor dicho la falta de los dólares. El capitalismo desarrollado es tan brutal como el atrasado de los países de la periferia. Es más, los atajos del contrabando y el mercado negro casi están vedados en las sociedades súper reglamentadas como la estadounidense creando una sensación de opresión y carestía aun mayor a sus pobladores más pobres, que de paso, son muchos, aunque no lo parezca.

Otro aspecto importante de ésta película un tanto gélida a pesar de las muecas infantiles omnipresentes es la demostración de una cotidianidad sin brillo ni alicientes vitales para unos adultos enclaustrados en cuatro paredes criando hijos desde familias disfuncionales viviendo al límite de la sobrevivencia. El sueño americano también ha sido mitologizado y ésta película, seca y dura, pretende desnudarlo y ponerlo en su lugar. Y sí bien su estilo es tosco, creo que lo logra.