A pesar de tener varios años ya desde su producción, y unas excelentísimas críticas, no me atrevía yo a visionar este film, pero hoy lo hice, y hoy lo hice.

La realización puede ser técnicamente perfecta, y armonizar todos los elementos que la constituyen un trabajo difícil, sin duda, pero una película es algo más. Unas imágenes de niños en África y una trama de nulo misterio y predecible final pueden acaso deleitar a algunos, pero a mí me provoca un sentimiento de tristeza por cuanto no descubre ningún camino nuevo, no se guioniza una historia diferente a la que desde hace décadas se rumorea sobre este tema de las farmacéuticas mefistofélicas.

Lo que más me molesta es que alguien gane mucho dinero denunciando supuestamente una imaginada realidad. Igualmente esta obra pudiera haberse realizado gratis o para la cinemateca particular de Miralles. Con todo, mi incredulidad tampoco es ciega, aunque me resisto a creer cualquier cosa semenjante en estos tiempos. De alguna manera, veo un "Paris - Texas" en esta historia de amor, rodada con delicadeza por otra parte. El metraje también me parece excesivo, influye negativamente en el tiempo psicológico del espectador. La construcción de los personajes es acertada, y la actuación de los mismos bastante buena, sobretodo Rachel Weisz, que desarrolla un papel más plano sin embargo que Ralph Fiennes, el cual lleva a cabo una marcada transformación a lo largo de la película.


*Crítica patrocinada por Eloriam: "todo es vanidad, vanidad de vanidades".