Fantástica película, merecedora de todas las alabanzas. Una de las pocas perlas que cada cierto tiempo ofrece la industria nacional y que, desbordante de talento, deja en ridículo a la mayoría de superproducciones venidas del sacrosanto imperio estadounidense, que o mucho me equivoco o no tardará en intentar reproducir patéticamente a su manera.
Mis felicitaciones a su director Paul Urkijo, que ha demostrado no achantarse a la hora de abordar una historia de semejantes dimensiones y connotaciones, siendo muy fácil perder el norte en el camino y rematar de manera fallida. No ha sido el caso. Es una realización valiente y sin pretensión que obtiene como resultado una joya del género fantástico basada en iconos del folclore vasco aderezado de ciertos tintes órficos. No cae en las acostumbradas sensiblerías, consiguiendo de esta manera que el espectador se sienta cómodo mientras se desarrolla una historia que sobrecoge en su justa medida y no se recrea inquietándonos con la fragilidad de sus pequeños protagonistas.
El apartado técnico es sobresaliente recreando una atmósfera de terror gótico en un ambiente rural de manera perfectamente creíble, reforzada con unas notables interpretaciones de actrices y actores lejos de los círculos más comerciales.
Personalmente opino que junto a Carlos Vermut y sus fabulosas Magical girl y Diamond Flash, Paul Urkijo ha resultado una gran revelación en cuanto a originalidad y talento creativo se refiere, dando verdaderas sopas con ondas a otros pretendidos y pretenciosos genios nacionales de los últimos tiempos como Alejandro Amenabar o Juan Antonio Bayona, cuyos únicos méritos han sido redundar en el efectismo hueco y comercial.
En definitiva, que he gozado la peli de principio a fin y se la recomiendo a todo quisqui. Espero que la calidad de esta ópera prima se mantenga en las futuras realizaciones del director, que ojalá sean muchas y tan buenas.