Al igual que la maravillosa Amarcord refleja los recuerdos juveniles de Fellini, esta película aflora en mí recuerdos de niñez, de Planes de Desarrollo y de esperanza en un futuro mejor.
No viví los años 40, ni el hambre ni el piojo verde. Puedo hablar de la parte de la dictadura que conocí -de aquellos primeros años 60- y esa parte, de tétrica no tenía nada (lo siento por los profesionales de las memorias históricas ajenas). De esa época recuerdo modestia, pero no la pobreza de hoy en día, trabajo, alegría .... y mucha esperanza en el mañana. Ahhhh, y colegios con profesores (no con docentes) que, en vez de hacer huelgas y defender las mamandurrias que no tenían, se dejaban el alma por hacer que los hijos de un obrero pudiesen tener lo que no tenían sus padres.
Hace poco ha muerdo D. Alfredo Landa ... el último vivo de aquel reparto inolvidable.
Vi rodar la escena final de la película, en la puerta de aquella sucursal del "Banco de los Previsores del Mañana (realmente era la sucursal del Banco Rural y Mediterráneo de la c/ Marcelo Usera esquina con Pilarica, en Madrid).
Yo salía del colegio y pude ver, camino de casa (entonces se comía en casa), a aquel reparto difícilmente superable, doblando el espinazo, despidiendo con mucha pompa y boato al Sr. Presidente de la entidad, un José María Cafarell que lo bordaba. Era un medio día gris que hoy, transcurrido medio siglo, recuerdo luminoso.
Era mi barrio, era mi calle, era mi época, son mis recuerdos .... mi particular Amarcord.
Uyyy, se me olvidaba. ¿La película? .... Simplemente maravillosa