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España España · Pontevedra
Voto de The Quiet Man:
9
Comedia. Romance La inocente Ariane Chavasse (Audrey Hepburn) es seducida por un playboy millonario norteamericano llamado Frank Flannagan (Gary Cooper). Pero éste ignora que el padre de la chica es el detective privado Claude Chavasse (Chevalier). (FILMAFFINITY)
28 de marzo de 2013
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olvidada por el gran público “Ariane” es de esas películas que se hace inolvidable una vez vista. Precisamente la ligereza de fama que la envuelve, en contraste con otras cumbres del cine de Billy Wilder, la protege y añade al exquisito encanto que de por sí posee la película el placer del hallazgo inesperado.

La primera colaboración entre Wilder y Diamond es una elegante comedia romántica en claro homenaje de Wilder a su maestro Lubitsch. Varios indicios de ello encontramos en la película, unos más obvios como, por ejemplo, las secuencias en el pasillo del hotel donde los personajes (y el espectador) esperan delante de una puerta cerrada mientras la acción transcurre tras ella; o esa pequeña historia paralela del perro eternamente castigado sin motivo. Pero también, de forma más sutil, ese homenaje reside en la finura del humor tenue y delicado que recorre la película de principio a fin con precisión Suiza, en manifiesto contraste con el humor amargo, patético y melancólico que impregna la obra magna del romanticismo en Wilder: “El apartamento”.

La primera opción para el protagonista masculino fue Cary Grant, que hubiese proporcionado la ambigüedad que requiere el personaje, frente al rotundo empaque de Gary Cooper, que siempre destila rectitud y honestidad. Pero para limar cualquier imperfección está Audrey Hepburn, cuya interpretación, y sobre todo su mirada, transciende al personaje y llena la película de fascinación, no en vano el vals “fascinación” termina por convertirse en una vaporosa presencia que rivaliza en importancia con los protagonistas.

Por si todo fuera poco, aún nos queda un magnífico final, en una estación como no podría ser de otra forma y que termina por convertir la película en una obra imprescindible, una película destinada a sorprendernos desde la discreción que la acompaña.
The Quiet Man
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