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España España · Pontevedra
Voto de The Quiet Man:
9
Aventuras. Drama. Fantástico. Intriga París, años 30. Hugo (Asa Butterfield) es un niño huérfano, relojero y ladrón que vive entre los muros de una ajetreada estación de trenes parisina. Nadie sabe de su existencia hasta que le descubre una excéntrica niña (Chloë Moretz) junto a la que vivirá una increíble aventura... (FILMAFFINITY)
29 de febrero de 2012
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya tiempo que Martin Scorsese tiene ese raro privilegio de ser un clásico en vida. En su dilatada trayectoria se encuentran obras que otorgan inmortalidad al creador y madurez al espectador como “Toro salvaje”. Con setenta años cumplidos sorprende con un nuevo registro. Liberado de angustia creativa, Scorsese incorpora a su faceta de cineasta la de mago, exhibiéndose como un experto ilusionista capaz de manejar todos los recursos que la técnica pone a su servicio para provocar la fascinación y el asombro en los espectadores, demostrando ser un digno sucesor de Georges Méliès.

Unos segundos, el tiempo que dura el poderoso plano inicial, bastan para subyugar, atrapar y sumergir al espectador de lleno en una película que gira en torno a dos ejes que acabarán por enlazarse: el primero es un cuento al más puro estilo Dickens, una historia de supervivencia y superación de un niño huérfano desamparado. El segundo es un sentido homenaje a Georges Méliès, al forjador de sueños, al visionario que fue capaz de vislumbrar el cinematógrafo como un invento maravilloso generador de ilusiones y a los pioneros del cine. Es en este tramo donde la película adquiere un nuevo sentido y alcanza todo su esplendor. Con evidente cariño y enorme sabiduría Scorsese inunda la pantalla de insólitas y hermosas imágenes que recrean el impresionante proceso creativo de un nuevo medio, una auténtica fábrica de sueños, puesta en marcha, desde la nada, por Georges Méliès. Con un tratamiento visual de exquisita belleza, de una luminosidad envolvente, que se alza sobre cualquier otro elemento, Scorsese nos muestra el legado de Georges Méliès y la revisión que de él hace utilizando la tecnología del 3D con un extraordinario talento, algo que ya justifica por sí solo la existencia de esta película.

La estación de Montparnasse es el inicio de un viaje por el que transitaremos de la soledad al cariño solidario, de la virtuosa creación artesana de complejos engranajes a la fantasía ilusoria del simple decorado de cartón piedra, de la realidad al sueño. Un viaje mágico en el tiempo capaz de capturar y transmitir las sensaciones de los primeros espectadores de los cines de feria. El cine se ha convertido en el medio más complejo para narrar historias, pero también en refugio –algo necesario en estos tiempos difíciles tan poco dados a la lírica- el medio ideal para evadirse y llegar a mundos fascinantes… y esta vez el billete hay que adquirirlo en las taquillas de la estación de Montparnasse.
The Quiet Man
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