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Bolivia Bolivia · La Paz
Voto de tonidelp:
10
Drama Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
12 de marzo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra, basada en la novela de John Carlin (The Human Factor: Nelson Mandela and the game that changed the world), dirigida y producida por el indispensable y ya indiscutible, Clint Eastwood, narra lo sucedido en Sudáfrica con posterioridad a la asunción de Mandela como presidente de ese país, mas precisamente a lo relacionado con el Mundial de Rugby organizado por Sudáfrica entre mayo y junio de 1995.
Es así que nos encontramos ante una situación política compleja (no tratada a fondo en el film pero sí en la medida necesaria de acuerdo al tema fundamental), inédita y sin precedentes en la era democrática moderna. De un apartheid rígido y aparentemente interminable, ésta nación (producto de muchos esfuerzos y circunstancias) encuentra en el líder negro, preso durante 27 años por motivos políticos, Nelson Mandela (Morgan Freeman) a un presidente que debe lidiar con el hambre de revancha-justicia de una gran mayoría de la población negra oprimida a la cual representaba; predominante en cantidad, ansiosa de la redención de sus antiguos recelos y humillaciones acumulados durante el período racista impuesto. A la vez, con el temor y el prejuicio –en rigor de ambas partes- de la minoría blanca ante el inminente régimen de ajuste cuentas que prevén ante la llegada al poder de Mandela.
El líder, con una perspectiva a largo plazo y realista desde el punto de vista económico e incluso cultural, decide emprender el camino hacia la formación de una Sudáfrica nueva, pero que no se fundamente en el odio y la venganza, sino en la conciliación y en la identificación del pueblo en general para con la nación en ciernes. Encuentra en el Mundial de Rugby, la oportunidad mas propicia para empezar a hacer efectiva esa meta, para eso comienza pidiendo una entrevista con el capitán del equipo sudafricano Francois Peinar (Matt Damon).
Más allá de los esfuerzos políticos concretos, de la estabilidad económica, de promover una aceptable inversión extranjera y de mantener la estabilidad social, es a veces lo simbólico el soporte y potencia de ciertos paradigmas y auto identificaciones socio-culturales. En este caso el rugby sería el factor de unión y de esfuerzo común. Mandela lo ve, y se empeña en fortalecer esa idea a través de un hecho concreto: Sudáfrica debía ser campeón del tercer Mundial de Rugby.
Con la mejor defensa del torneo, el liderazgo de Pienaar y la efectividad ofensiva de Joel Stransky (10), Sudáfrica venció a la favorita Nueva Zelanda por 15-12, desatando la euforia general y los abrazos espontáneos y sin miramientos; quizá la primera confirmación de que Sudáfrica empezaba a existir como tal, sobre un fundamento mayor a la simple imposición geográfica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tonidelp
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