Y de este modo, Tim Burton (aunque no fuese en sí el director) rompe los esquemas de la animación de los 90 con esta encantadora historia trabajada por la compañía Disney del simpático Jack Skelleton, el Rey de Halloween y su simpático pueblo del terror amenazado por el malvado Oogie Boogie.

Es la primera o de las primeras veces que nos topamos con una película estilo plastilina y pasada por ordenador, que a su vez es un musical.
Una película para los pequeños pero que también gustará a mayores, ya que también el cuento que nos relata es precioso: Encontrar nuestro lugar en el mundo.