Aquí tenemos una historia de amor por etapas: infancia, adolescencia y madurez, marcada por las casualidades, demasiadas para algunos, la historia de amor entre Otto y Ana. No se trata de una historia feliz, sino más bien es una historia de tristeza y melancolía aunque a fin de cuentas una bonita historia.

Está narrada en dos perspectivas, ya que los dos protagonistas principales van intercambiando la narración y ofreciéndonos sus diferentes perspectivas de la relación entre ellos y su vida, desde el tierno cariño o primer amor de juventud hasta algo más maduro.

La fotografía, los tiempos, la narración, escenarios, diálogos, etc. invitan a una melancolía demasiado remarcada quizás, aunque esto hace que la película sea más envolvente, disfrutas viéndola en todo momento.

Es necesario que la vida tenga sus ciclos.