Película que continuó la línea que marcó “27 vestidos” en lo que al género romántico se refiere durante el verano de 2008. Bajo mi punto de vista, se trata de una comedia romántica ligeramente superior a la mencionada “27 vestidos”, lo que le otorga la categoría de aceptable. Parece estar más trabajada desde sus cimientos (el propio autor del relato en el cual está basada ha escrito el guión), aunque el resultado final sea irregular y, por ende, un tano insatisfactorio.
Posee un buen arranque donde el espectador empieza a esbozar sonrisas, preparándose con ansias para lo que vendría a continuación. Sus primeros 20-25 minutos son impecables, quedando planteada y bien explicada la situación de los personajes protagonistas. Sin embargo, su desarrollo es bastante irregular y eso puede que termine por agotar al espectador, especialmente aquel que había puesto el listón alto tras ver los primeros minutos del filme. Una segunda parte, en general, un tanto pobre y alargada, como si al guionista se le hubiese bajado la persiana, lo cual le hace utilizar un método bastante recurrente en este tipo de películas. Me refiero a la combinación de escenas cruciales para seguir la trama con otras de puro relleno que de poco o nada benefician a la historia que se nos intenta narrar.
Uno de los factores por lo que creo que “Made of honor” (me niego a mencionar la estúpida traducción, otra más, que se han marcado los señoritos de Sony en nuestro país) es ligeramente superior a la mencionada “27 vestidos” son las interpretaciones. Existe una química especial entre la estrella televisiva Patrick Dempsey (Anatomía de Grey) y la risueña Michelle Monaghan, algo que no ocurría entre Heighl y Marsden.