"Querido Cuchicuchi, si tenías pensado ir a ver "Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas" te advierto: ES UN BODRIO INSUFRIBLE DE LOS QUE MARCAN ÉPOCA. NO HAGAS CASO DE NADA DE LO QUE LEAS NI DE LOS PREMIOS (Palma de Oro en Cannes ????). Rodada en 16 mm, imagen sucia, guión incomprensible, que no entiendes ni leyendo después el folleto de la película, escenas interminables donde no ocurre nada, pero nada de nada. A recordar:

- un monje budista dándose una ducha (5 minutos). Al menos no se le ve el nastro.

- una vaca en medio del campo que se suelta de un poste de noche y que es recuperada por un granjero (8 minutos). Este es el comienzo de la película agggggg.

- dos diálisis renales (entre las dos, consumen más de 10 minutos de metraje, sin ahorrarte ni un detalle, al menos he aprendido a cambiar un gotero).

Y de las escenas en las que ocurre algo, mejor correr un tupido velo:
- la escena de la cueva, rodada cámara en mano (mareante) que termina con esta frase:
"Creo que hemos vuelto al útero".

- la escena de la cascada, donde una "vida pasada" -una especie de princesa- para recuperar la juventud perdida se da un baño donde es virtualmente follada por un pez parlante.

- un powerpoint con fotos de unos militares con un mono humanoide de chirigota de Cádiz.

- unos simios de ojos rojos que miran a la cámara petrificados durante varios minutos y que aparecen cada cierto tiempo. Uno de ellos es un hijo desaparecido del prota, transformado en simio por "haberse apareado con uno de ellos".

Y los diálogos, minimalistas y de una profundidad intelectual digna del mejor John Travolta pasado por Kung Fú:

"Esta enfermedad que tengo -una insuficiencia renal- se debe a mi karma. He matado en mi juventud muchos comunistas...y muchos bichos".

... Así los interminables 114 minutos. Nos fuimos cuando quedaba poco para terminar ¡por qué no nos fuimos a la media hora! MARTA TODAVÍA NO ME HA PERDONADO.

Un abrazo"