Por favor, que no hagan otra. No la estropeen. Es perfecta tal y como es. Cierra toda la historia, no queda nada por contar, o al menos nada relevante. Además, es mejor que la primera pese a que algunos puntos la hagan parecer inferior. La primera presentaba genialmente la historia pero no tenía ni las situaciones, ni los momentos evocadores, ni los diálogos magistrales, ni el redondeo perfecto que tiene ésta. Y es que encima su tramo final es increíble. Magistral. A base de diálogos te mantienen con el corazón en un puño. Los diálogos son el verdadero clímax de la cinta. Uma Thurman sigue comiéndose la película con patatas, aunque David Carradine se nota que es su verdadero oponente al no poder decantarte o por uno o por otro cuando ambos están en pantalla. No se la pierdan. Una de las mejores conclusiones a una obra cinematográfica jamás dada.
Kazuto.