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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Salvapantallas:
7
Thriller Tras ser testigo de un accidente, Lou Bloom (Jake Gyllenhaal), un apasionado joven que no consigue encontrar empleo, descubre como forma de ganar dinero el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad de Los Ángeles. Su trabajo es llegar al escenario de crímenes o accidentes y fotografiar lo sucedido para venderlos al mejor postor. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre que bordea los treinta años ingresa al baño y se mira en el espejo. Luego de algunas muecas, se recuesta en un sofá y plancha su ropa con detenimiento mientras mira los noticieros. Es un departamento pequeño, vive solo, parece soñoliento. De pronto, la piel del espectador, sin saber por qué, se va crispando.

Lo poco que intuimos es que aquel hombre, Lou Bloom, es un sujeto que camina en los márgenes de la sociedad. El público solo recibe la correcta dosis de información sobre él. Por eso se siente que puede sorprender en cualquier momento. Su aspecto psicológico está escrito con efectividad. Y al caminar en la frontera de lo permitido, sabemos que su búsqueda tiene como objetivo definir su lugar en el mundo.

En Nightcrawler, Lou Bloom se convierte en un camarógrafo de noticias policiales para un noticiero en Los Ángeles. A partir de allí, la historia es una sensación de constante combinación entre aspereza y paciencia. Se dibuja el camino del personaje por alcanzar la cima de la montaña en una profesión donde puede lograr el control supremo de las expectativas del público, algo que parece poner nerviosa a la generación contemporánea.

El guión se asemeja a la profesión del fotoperiodismo: salir a la calle y encontrar ese instante preciso que narre una noticia. El tiempo pasa, el ritmo se acelera y cada vez es más urgente conseguir esa imagen fortuita, que es casi siempre un instante de suerte.

Lo que regula principalmente el éxito de una fotografía es cuánto se puede manipular de la escena y a sus personajes. Bajo esa premisa, el espectador se plantea la misma pregunta junto a Lou Bloom cuando él se permite controlar sus propias filmaciones de las desgracias humanas. Y parece lógico, en una escritura convencional, que su búsqueda del ‘sueño americano’ esté condenada a derrumbarse por los conflictos que ese cuestionamiento puede acarrear.

Sin embargo, el director Dan Gilroy lleva Nightcrawler por otro rumbo: Lou Bloom y la audiencia penetran más profundo en el éxito con cada escena. Y es ahí cuando comprendemos que el pretexto para crearlo es demostrar como la sociedad actual valoriza sin reparos la codicia y castiga la empatía. Y la audiencia, convertidos en seres impávidos de la sociedad, interpretados en la película como Rick, su asistente, y Nina, la productora del noticiero, se cuestionan su propia moral frente al show de manipulación de Bloom; sin embargo, ¿quién es el verdadero monstruo? ¿El que ejecuta o el observador pasivo?

Nightcrawler es el producto de una generación que logra llegar a la cima empujando a los demás al abismo. Y es un relato narrado con una atmósfera estimulante que reflexiona sobre el poder de los individuos en los medios de comunicación, en un mundo de rebaños idiotizados y pasivos.
Salvapantallas
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