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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Salvapantallas:
3
Cine negro. Drama Ambientada en Boston durante los años 20, en la época de la ley seca, gira en torno a un hombre que se adentra en el mundo del crimen organizado. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2017
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Live by Night está ambientada en la Prohibición de los años 20, entre los callejones estrechos de Boston y los amplios valles de Tampa. Joe Coughlin ha combatido en la Gran Guerra y regresa dispuesto a no recibir más órdenes. Empieza a robar bancos para cobrarse el tiempo perdido y trabaja de cerca con la mafia local.

Su pareja de atracos es Emma, una hermosa rubia, la amante del jefe de la mafia Albert White. El amorío con Emma lo lleva a participar en la muerte de tres policías. No solo White lo quiere matar por traición, su padre (policía de alto rango) lo mete a la cárcel.

Cuando sale de prisión, la historia escrita por el novelista Dennis Lehane es la venganza y el camino al poder de un mafioso. Sin embargo, la historia escrita por el guionista Ben Affleck es lo más parecido al diario de un héroe típico.

En su intento de falsa biografía, Affleck construye el guión con episodios de la vida de Coughlin contados por él mismo con una insoportable voz en off. En cada fragmento prevalece uno de los cinco personajes secundarios. Esto distrae la atención del propio protagonista. La fatal deficiencia del guión es que el público puede conectar más con cualquier otro personaje que con Joe.

En esa línea, el otro gran error es que Ben Affleck se auto-eligió como el actor protagónico. Su forma de actuar impávida y seria (por no decir plana y estéril) aumenta la lejanía con el personaje. Por ello, sus logros parecen caer por su propio peso y sus adversarios parecen débiles fracasados.

Sin querer (porque asumo que Ben querrá todo lo contrario), Affleck ha destruido al típico hampón antihéroe interpretado antes por Pacino, De Niro, Gazzara, Pitt o Byrne, entre otros. Joe no es un hombre falto de moral y con un enorme ego, capaz de todo para protegerse a él y a los suyos. Al contrario. Es solo un héroe. Sufren más los otros que él y es un experto en lo que hace. Su única caída es ocasionada por un lío amoroso. No falla.

Coughlin, como antes Tony Mendez (Argo) o Doug McRay (The Town), juega a ser Dios dentro de su propio universo. Dice frases como “te lloré durante años” y no hemos visto lágrimas o “me he sacrificado por ti” y apenas ha sudado. Aún cuando está echado en una tragedia, ni se le ve llorar (¿será porque no puede actuar una lágrima?), ni se duda que va a levantarse.

Lo contradictorio es que Ben es un buen director. Conoce la técnica. Su uso del montaje es fluido, la fotografía se luce, el sonido es impecable. Los detalles están finamente cuidados. Y la historia no aburre, hasta entretiene. Sus cuatro películas son hermosas producciones de Hollywood. Sin embargo, poseen escasa creatividad y no abordan reflexiones. Su cine es plástico. No quiere contar una historia trascedente, sino solo ser parte de la historia.

Muchas películas son así, para pasar el rato. El problema con las de Affleck es que están envueltas en un empaque de oro, pretenden ser lo contrario. Y es una caída más profunda no encontrar mucho valor en su interior.

Live by Night incluye todos los temas importantes: la religión, el racismo y la familia. Las armas, el crimen y el alcohol. Incluso el sexo. Pero son tocados por la superficie, con una inmadura ligereza. Por ejemplo, cuando la bella Graciela, segunda musa de Joe, baila salsa cubana con el ombligo y las piernas al aire, el director debería hacernos sentir placer y pasión. Ben hace todo lo contrario: baja el volumen, apaga la luz y detiene el ritmo. Debería palparla, pero se limita a contemplarla. El sexo es rudimentario incluso con la fría rubia femme fatale. Un escándalo sexual (elemento trascendental de la trama) es solo narrado.

Tras ver Live by Night nada en tu mundo habrá cambiado y nada nuevo habrás aprendido. Solo el ego de Ben Affleck será más grande. Porque quizás él solo ve lo hermoso que es el empaque en el que lo presenta. Y a mí ya no me queda claro si Ben está fallando en algo o él mismo es un humano insípido.
Salvapantallas
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