Media votos
6,8
Votos
416
Críticas
1
Listas
7
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de lmg93:
10
7,3
6.736
12 de diciembre de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Analizando, la película parte de un manga de mismo título. Un manga femenino, adolescente, empalagoso y cursi. El primer y principal logro del film, es convertir la trama en algo sensible y sutil. En el apartado técnico y gráfico, cabe destacar el detallismo de interiores, dando así más ambientación. Una ambientación qué queda resaltada con una banda sonora que le va como anillo al dedo. Sencilla y repetitiva, resalta la nostalgia y la inocencia.
El ritmo es lento y se abusa de la presencia en todos los planos de la protagonista, Shizuku, lo que provoca un desgaste en su interés. Pero lo que pueden parecer errores, a mi parecer son aspectos positivos, pues terminan cobrando mucho interés e importancia cada aparición de otros protagonistas como Seiji Amasawa (uno termina con gran afecto hacia los personajes). Y respecto a la lentitud del tempo (no excesiva), te embriaga, te seduce, te disuelve entre la historia. Claro que para gustos, colores.
Es de agradecer la educación mostrada durante todo el film y entre los temas que se tratan, destaco tres en especial:
- La elección de un futuro que puede pasar por caminos diferentes a los convencionales.
- La creación del artista, la cultivación del arte.
- El amor. Pero no cualquier tipo de amor...
Es el amor, como se trata en el film, el que conmueve y desgarra por su ausencia en la tierra. ¿Dónde está este amor espiritual? ¿Esta unión de almas? ¿Este amor inocente y ‘puro’? Hoy en día el amor parece ser banal, se mezcla con lo físico y se falsifica. Retomemos pues su significado más ‘puro’, aprendamos de ‘Mimi wo sumaseba’.
Después de sumergirme en ese mundo, que se nos presenta lleno de ideales, es duro aceptar la realidad tal y como es: dura, deformada, inmoral, sucia, etc.
Paradójica película sonriente y feliz que me dejó derrumbado y triste...
El ritmo es lento y se abusa de la presencia en todos los planos de la protagonista, Shizuku, lo que provoca un desgaste en su interés. Pero lo que pueden parecer errores, a mi parecer son aspectos positivos, pues terminan cobrando mucho interés e importancia cada aparición de otros protagonistas como Seiji Amasawa (uno termina con gran afecto hacia los personajes). Y respecto a la lentitud del tempo (no excesiva), te embriaga, te seduce, te disuelve entre la historia. Claro que para gustos, colores.
Es de agradecer la educación mostrada durante todo el film y entre los temas que se tratan, destaco tres en especial:
- La elección de un futuro que puede pasar por caminos diferentes a los convencionales.
- La creación del artista, la cultivación del arte.
- El amor. Pero no cualquier tipo de amor...
Es el amor, como se trata en el film, el que conmueve y desgarra por su ausencia en la tierra. ¿Dónde está este amor espiritual? ¿Esta unión de almas? ¿Este amor inocente y ‘puro’? Hoy en día el amor parece ser banal, se mezcla con lo físico y se falsifica. Retomemos pues su significado más ‘puro’, aprendamos de ‘Mimi wo sumaseba’.
Después de sumergirme en ese mundo, que se nos presenta lleno de ideales, es duro aceptar la realidad tal y como es: dura, deformada, inmoral, sucia, etc.
Paradójica película sonriente y feliz que me dejó derrumbado y triste...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No puedo evitar compartir la grandeza de alguna escena:
- Formidable cuando Seiji Amasawa visita a Shizuku antes de irse, en la biblioteca. Un par de miradas y simplemente compañía, una melodía nostálgica acompaña la escena. Ésta, culmina cuando entra el violoncelo y se ve la carretera por la noche. Los dos se despiden, ¿cómo? Seiji ofrece la mano y Shizuku la acepta, sobria y sobrecogedora despedida.
- Formidable cuando Seiji Amasawa visita a Shizuku antes de irse, en la biblioteca. Un par de miradas y simplemente compañía, una melodía nostálgica acompaña la escena. Ésta, culmina cuando entra el violoncelo y se ve la carretera por la noche. Los dos se despiden, ¿cómo? Seiji ofrece la mano y Shizuku la acepta, sobria y sobrecogedora despedida.