Un vaquero regresa a su tierra. Allí descubre que tiene un hijo de una relación con su novia antes de partir. Pero en unas disputas por la propiedad de las tierras con el cacique de turno, perderá a su mujer y creerá perder a su hijo, instalándose en él un ansia irrefrenable de venganza.
La película es sencilla, la historia no tiene rodeos y discurre en los términos más convencionales del género. El guión resulta flojo. Los actores están simplemente correctos y por momentos el desarrollo de la acción resulta aburrido.
Lo único que salva a la película de la mediocridad es la mano de Dwan, que con su buen hacer logra que los escasos elementos que sustentan la historia no se derrumben. Por lo demás, es un film claramente prescindible.