Cuando empiezan ciertas escenas, uno se da cuenta enseguida de si es el tipo de espectador capaz de sumergirse en un película como "Clímax", y comprendo a los que en ese momento se levanten y piensen simplemente "este no es mi rollo...". Pero para los que como yo, disfrutan con obras originales, arriesgadas e intensas, este film va a suponer un festín de intensidad psicodélica. Lo empecé a ver sin demasiados datos ni expectativas y me fue atrapando desde la primera escena de baile. Las coreografías, los colores, la música, el ritmo de las secuencias sin fin, pero sobretodo un movimiento de cámara audaz que debería estudiarse en las academias de cine. Todo a un nivel magistral que aún resulta más meritorio al conocer la rapidez e improvisación con que todos los integrantes del equipo de rodaje tuvieron que trabajar en una película rodada en pocos días. "Clímax" es pura psicodelia, es bella e hipnótica, perturbadora, es brutal, pero sobretodo es una experiencia intensa que golpea los sentidos y no deja a nadie indiferente.