Cuando empecé a verla sabía a lo que me enfrentaba. Venía de ver American Crime, y me esperaba algo parecido... más brutal, pero parecido. Cuál fue mi sorpresa al ver que Funny Games es algo más que juegos, por mucho que diga el título.

He de confesar que me encantan este tipo de películas. Digamos de... torturas. No es porque me guste la tortura, sino porque me encuentro con la cantidad de maldad que puede generar el ser humano. Es una lástima que mucha gente, por tratar la película un tema como éste, simplemente la deje de lado por ser más o menos bonita. La película trata de eso y por eso se centra en eso. Es como si a una película de miedo la comparas con una comedia... es imposible.

Dejando de lado mis pensamientos, pienso que Funny Games es todo lo que una persona como yo, pide. Puede que suene muy trético, pero me gusta ver la maldad reflejada en las películas y cómo la gente lucha contra ello. Es muy impactante. De esta película me quedo por supuesto con la interpretación de Michael Pitt, que se come un 80% él solito. Con su personaje Paul, mueve los hilos a su antojo, controlando a todos los personajes y todos los momentos.

Hay un ambiente de terror/suspense que en algunos momentos te llega a poner el corazón en la garganta. Escenas, fotografías en las que Michael Haneke te deja paralizado y deja el tiempo pasar, generando más suspense y por supuesto, mucho más terror.

El sufrimiento de Naomi Watts es bastante creíble, así como el de Tim Roth y el pequeño Devon Gearhart, que me sorprendió gratamente con su actuación.

¿Merece ser vista? Para mí, sí. Pero solamente con la advertencia de saber lo que estás dispuesto a ver y aceptarlo. Es una película muy, muy dura. Hay que saber tratar con ella.