Coppola sigue en su intento de ¿criticar? la vacuidad de ciertos personajes con los que ella debe haberse cruzado alguna vez un su vida (novias de fotógrafos famosos aburridas en Tokyo, princesas atrapadas en sus palacios de azúcar, estrellas de Hollywood entre campañas de promoción internacionales, adolescentes obsesionadas con los bolsos caros...Bolsos que la misma Sofia Coppola ha promocionado en varias campañas de publicidad, por cierto) pero esta vez no logra ni emocionar, ni sorprender, ni fascinar ni tan siquiera irritar.

The Bling Ring es una película absolutamente previsible, sin ninguna tensión narrativa, con unos diálogos mas que obvios que explican bien clarito la ¿tesis? de la peli por si alguien del público se ha quedado dormido durante los últimos diez minutos. Los personajes se comportan de forma totalmente absurda e irreal (por más que se trate de una supuesta historia verídica).

Las actuaciones se limitan a una serie de posados cool por parte de un grupito de niñas monas. La única que intenta construir un personaje es Leslie Mann, consiguiendo crear un personaje grotesco que parece salido de tomas falsas de alguna de las cintas de su marido Judd Apatow.

Hay un intento de generar cierto interés a través del montaje con el uso de unos arbitrarios saltos temporales. Pero el recurso no solo no logra su propósito sino que desvela el poco (ridículo) suspense que se se le supone a la trama.

La cinta tiene, eso sí, una fotografía extraordinaria y un tratamiento de la luz magistral. Realmente una pena que este sea el testamento fílmico del gran, enorme, Harris Savides.

Es casi inevitable comparar la película con la muy superior Spring Breakers, aunque The Bling Ring sale perdiendo en todos los frentes.