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Voto de rizzotin:
7
6,8
1.695
Drama
México. Estado de Chihuahua. Comunidad de los Menonitas. Johan, casado con Esther, con la que tiene siete hijos, vive desde hace dos años una historia de pasión con Marianne. Entre sus dos vidas, sus dos mujeres, la elección es imposible. Confiesa su situación a su amigo Zacarías y a su padre, que es predicador y considera que la vida de su hijo se halla bajo la influencia del diablo. Sin embargo, los dos lo apoyan, lo compadecen. Y lo envidian... (FILMAFFINITY) [+]
23 de diciembre de 2013
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Una película cautivadora y de influencia emocional, en donde el conmovedor ambiente de sonido y el profundo diálogo son los aspectos más reveladores en la construcción de la historia. ¿La luz tiene sonido? La luz silenciosa es algo surrealista. La respuesta se torna intrigante. Con la luz de las estrellas comienza y termina la película, el silencio domina la banda sonora, a excepción de los sonidos de los grillos, rugidos del ganado y un grito casual de aves. Esta toma inicial establece el tono para una película hecha con actores amateurs.
La historia nos invita a mirar la naturaleza capturada, combinando de forma inteligente un guión estructurado, creatividad y buena fotografía. Los primeros minutos de inicio dan paso para establecer el ritmo general de la película: lento.
La película de Carlos Reygadas se basa en su propio guión, y es casi muda a causa del escaso diálogo. Tiene un trasfondo religioso, como cuando el amor se da fuera del matrimonio, pero que lleva a un milagro final. Reygadas utiliza este ingrediente religioso para tejer una poderosa historia moderna, añadiendo componentes accesibles y realistas como una escena de trabajo en el campo y una escena del baño de la familia, vivencias diarias que tienen una similitud constante con la trama principal: el colapso y la reconciliación de un matrimonio.
Alrededor de la narrativa hay algunas escenas atrayentes y algunos movimientos de cámara excelentes. Hay muchas tomas en que la cámara se detiene para dar la sensación de incomodidad.
Algunas cosas que se considerarían sin importancia se llevan a cabo en algunos detalles, pues la belleza física de la película conlleva la poesía de acontecimientos ordinarios tales como los tractores de la siembra, el ordeño de vacas, y los cuerpos de los niños con el pelo lavado. Las razones del director para poner énfasis en la falta de actividad es dar tiempo al espectador para contemplar a los actores en la pantalla, para entender el paisaje y el carácter de las relaciones que se dan y las emociones de gran alcance.
La falta de diálogos y música se suplen con los sonidos del medio ambiente y la luz natural. La falta de acción se remedia con la inspección de paisajes abiertos y primeros planos de rostros expresivos.
Luz Silenciosa es una experiencia de cine espectacular para cualquier espectador que ame el cine de arte. Esto no es ciertamente una película para todo el mundo, pues es un reto. La película es como una meditación, es necesario entregarse a ella, ignorar lo que la mente dice acerca de lo que una película debería ser, ignorar la lentitud y la falta de casi todo lo que normalmente se utiliza en una película.
En conclusión, se podría decir que Luz Silenciosa es ligeramente lenta y desconcertante, pero visualmente magnífica, con un giro extraño al final. Esta película es para espectadores pacientes. Es como una pintura expresionista complicada, pero de gran belleza. Los personajes funcionan como imágenes de personas -más que como personas plenas- así como los árboles y paisajes de la mayoría de películas funcionan como imágenes de árboles y paisajes. Hay pues una especie de pureza cinematográfica.
Su estilo austero y perfeccionista combinado con entusiasmo por todo lo que pasa delante de la cámara es casi como un documental. Sus ángulos fabulosos y grandes marcos de color nos llevan a un realismo extremo. Dolor, amor y lamento son característicos en Luz Silenciosa y estos sentimientos se desarrollan muy bien y sin mucha distracción, con las cualidades artísticas que conlleva.
La historia nos invita a mirar la naturaleza capturada, combinando de forma inteligente un guión estructurado, creatividad y buena fotografía. Los primeros minutos de inicio dan paso para establecer el ritmo general de la película: lento.
La película de Carlos Reygadas se basa en su propio guión, y es casi muda a causa del escaso diálogo. Tiene un trasfondo religioso, como cuando el amor se da fuera del matrimonio, pero que lleva a un milagro final. Reygadas utiliza este ingrediente religioso para tejer una poderosa historia moderna, añadiendo componentes accesibles y realistas como una escena de trabajo en el campo y una escena del baño de la familia, vivencias diarias que tienen una similitud constante con la trama principal: el colapso y la reconciliación de un matrimonio.
Alrededor de la narrativa hay algunas escenas atrayentes y algunos movimientos de cámara excelentes. Hay muchas tomas en que la cámara se detiene para dar la sensación de incomodidad.
Algunas cosas que se considerarían sin importancia se llevan a cabo en algunos detalles, pues la belleza física de la película conlleva la poesía de acontecimientos ordinarios tales como los tractores de la siembra, el ordeño de vacas, y los cuerpos de los niños con el pelo lavado. Las razones del director para poner énfasis en la falta de actividad es dar tiempo al espectador para contemplar a los actores en la pantalla, para entender el paisaje y el carácter de las relaciones que se dan y las emociones de gran alcance.
La falta de diálogos y música se suplen con los sonidos del medio ambiente y la luz natural. La falta de acción se remedia con la inspección de paisajes abiertos y primeros planos de rostros expresivos.
Luz Silenciosa es una experiencia de cine espectacular para cualquier espectador que ame el cine de arte. Esto no es ciertamente una película para todo el mundo, pues es un reto. La película es como una meditación, es necesario entregarse a ella, ignorar lo que la mente dice acerca de lo que una película debería ser, ignorar la lentitud y la falta de casi todo lo que normalmente se utiliza en una película.
En conclusión, se podría decir que Luz Silenciosa es ligeramente lenta y desconcertante, pero visualmente magnífica, con un giro extraño al final. Esta película es para espectadores pacientes. Es como una pintura expresionista complicada, pero de gran belleza. Los personajes funcionan como imágenes de personas -más que como personas plenas- así como los árboles y paisajes de la mayoría de películas funcionan como imágenes de árboles y paisajes. Hay pues una especie de pureza cinematográfica.
Su estilo austero y perfeccionista combinado con entusiasmo por todo lo que pasa delante de la cámara es casi como un documental. Sus ángulos fabulosos y grandes marcos de color nos llevan a un realismo extremo. Dolor, amor y lamento son característicos en Luz Silenciosa y estos sentimientos se desarrollan muy bien y sin mucha distracción, con las cualidades artísticas que conlleva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia gira en torno a un triángulo amoroso entre Johan (Cornelio Wall), que está casado con Esther (Miriam Toews) pero sostiene un romance con Marianne (Maria Pankratz), lo que le da veracidad a la trama. Él se ve atrapado entre el amor y el respeto. Se centra en un matrimonio en colapso dentro de la comunidad religiosa menonita en Chihuahua, que no habla español, sino una lengua minoritaria europea, el Plautdietsch. En el espíritu de vida de los menonitas prácticamente no hay televisores, publicidad, teléfonos ni presión urbana. Johan y su numerosa familia viven en una granja remota, a la manera antigua. La película comienza con una larga toma fotografía, de un lapso desde la madrugada con los sonidos de la naturaleza y termina con el crepúsculo de la noche.
Se nos dan ideas sobre un día en la vida de la familia, que poco a poco se desarrolla por etapas, pero trazando con gravedad el conflicto de la relación entre Johan y su mujer. Temprano la familia se sienta alrededor de una mesa con la oración silenciosa antes del desayuno. El silencio se rompe por el sonido del reloj de pared. Los niños quizá ignoran la tensión en la sala, ya que quieren almorzar la comida delante de ellos. Los adultos se encuentran bajo tensión. Cuando el padre se queda solo en la mesa se suelta a llorar el tiempo tiene que permanecer quieto.
Aunque Luz silenciosa no es religiosa, el mundo menonita si lo es. Lo que la trama hace es empujar al espectador a percibir un mundo espiritual, un mundo más allá de donde vivimos. Reygadas parece centrarse en las particularidades de un segmento de este grupo religioso, así como las conductas de los niños y sus padres. El marido desorientado maneja su camioneta en círculos en la granja como si estuviera en un apuro, mientras escucha música. Los niños menonitas que no están expuestos a la televisión, parecen disfrutar de un programa cómico en una camioneta.
Johan confiesa su conducta infiel a la esposa y sus pensamientos de abandonar a su familia. Pero el remordimiento no le impide tener relaciones sexuales con Marianne. Después Johan va a un taller a recoger una pieza de su tractor, le dice a su amigo Zacarius (Jacobo Klassen) sobre su relación. Más tarde va a la granja de su padre para explicarle que le ha platicado a Esther sobre Marianne. Su padre supone que el diablo es el responsable, pero acepta que tuvo un romance con una mujer que no era su madre. La figura sorprendente de Johan ofrece una gama de sentimientos, sobre todo en su rostro expresivo. Su buen desempeño encaja perfectamente con el ritmo lento y tranquilo de la película. El resto del reparto es bueno, con actuaciones muy naturales.
Se nos dan ideas sobre un día en la vida de la familia, que poco a poco se desarrolla por etapas, pero trazando con gravedad el conflicto de la relación entre Johan y su mujer. Temprano la familia se sienta alrededor de una mesa con la oración silenciosa antes del desayuno. El silencio se rompe por el sonido del reloj de pared. Los niños quizá ignoran la tensión en la sala, ya que quieren almorzar la comida delante de ellos. Los adultos se encuentran bajo tensión. Cuando el padre se queda solo en la mesa se suelta a llorar el tiempo tiene que permanecer quieto.
Aunque Luz silenciosa no es religiosa, el mundo menonita si lo es. Lo que la trama hace es empujar al espectador a percibir un mundo espiritual, un mundo más allá de donde vivimos. Reygadas parece centrarse en las particularidades de un segmento de este grupo religioso, así como las conductas de los niños y sus padres. El marido desorientado maneja su camioneta en círculos en la granja como si estuviera en un apuro, mientras escucha música. Los niños menonitas que no están expuestos a la televisión, parecen disfrutar de un programa cómico en una camioneta.
Johan confiesa su conducta infiel a la esposa y sus pensamientos de abandonar a su familia. Pero el remordimiento no le impide tener relaciones sexuales con Marianne. Después Johan va a un taller a recoger una pieza de su tractor, le dice a su amigo Zacarius (Jacobo Klassen) sobre su relación. Más tarde va a la granja de su padre para explicarle que le ha platicado a Esther sobre Marianne. Su padre supone que el diablo es el responsable, pero acepta que tuvo un romance con una mujer que no era su madre. La figura sorprendente de Johan ofrece una gama de sentimientos, sobre todo en su rostro expresivo. Su buen desempeño encaja perfectamente con el ritmo lento y tranquilo de la película. El resto del reparto es bueno, con actuaciones muy naturales.