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Voto de emartinec:
8
Thriller. Intriga Johnny Boz, antiguo cantante de rock y propietario de un nightclub de San Francisco, aparece brutalmente asesinado en su cama. La última vez que se le vio estaba con su novia, Catherine Tramell, una atractiva escritora de novelas de intriga. El agente Nick Curran, que atraviesa un mal momento, pues acaba de desintoxicarse de su adicción al alcohol y a las drogas, recibe el encargo de vigilar a Catherine, principal sospechosa del crimen. (FILMAFFINITY) [+]
3 de abril de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Verhoeven, ese director que no pudo/quiso ser grande pero que en 1987 la metió en el ángulo con Robocop, consiguiendo crédito suficiente como para tres años más tarde insistir en la acción con Total recall (1990), aunque esta vez con actores cotizados en el mercado como Arnold Schwazenegger y una emergente Sharon Stone. Le volvió a ir bien por lo que recibió carta blanca para jugar a donde quisiese en sus siguientes filmes, y aquí viene la jugada maestra, pues en lugar de insistir sobre la misma tecla decidió girar en U para patear el tablero y centrarse en dos temas: sexualidad y mujeres. Dos temas que en realidad se vuelven uno en Instintos Básicos, recluyendo nuevamente a Sharon Stone y sumando a Michael Douglas, que por esos años era todo un rockstar en Hollywood. Ya sabemos, eran otros tiempos...

Desarrolla así Verhoeven un thriller bastante cliché, digamos, la clásica historia de "quien es el asesino", donde lo realmente relevante es todo el rollo sexual que mete el guion y por supuesto la figura de Sharon Stone, que emerge hasta niveles pocas veces vistos en la historia del cine, y lo más maravilloso de todo es que no por la razones acostumbradas. Porque hagamos memoria (o bueno, quienes lo vivimos), hablando de sexualidad femenina ¿Qué era lo que nos presentaba el cine comercial hasta ese entonces? Lo más "osado" fue ver a Kim Basinger unos años atrás bailarle a un hombre con 'You can leave your hat on' de Joe Cocker de fondo. ¿Y qué es lo que nos muestra Paul Verhoeven? A una mujer empoderada de su sexualidad, con una actitud de temer, dispuesta a agarrarte de los huevos y soltarte cuando le diese la gana. Bisexual además. ¿Algo más? Pues claro, escenas extensas de sexo (dentro de los cánones que la industria podría permitir en 1992, no debemos olvidar que esto era cine comercial y pasaría por los cines. Seguro que hoy el director mostraría más), orgasmos varios y un cruce de piernas con vagina incluida. ¿Una vagina en pantalla grande? Paul lo hizo, con mítica escena además. Sin embargo, pese a todo lo mencionado, donde la película realmente triunfa no es cuando va hacia lo explícito sino más bien cuando es sutil. Vamos al spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
emartinec
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