No sé qué tipo de película la gente en general habrá estado esperando con “Meet the Spartans”, pero el filme cumple con lo que promete: una mononeuronal parodia de “300” que además critica a famosas personalidades del espectáculo y del business americano.
Las alternativas son procaces y absolutamente irreverentes, se utiliza como metodología narrativa la ridiculización de megaproducciones de Hollywood, centrando el argumento en la batalla entre espartanos y persas. Y el resultado final es un producto aceptable -aunque irregular y ciclotímico- con algunos momentos altos en contundencia humorística y otros de fallida concepción.
Los actores cumplen, tienen carisma para hacer el facilón y escatológico absurdo; y ello es suficiente. Hasta Carmen Electra funciona dentro del guión sólo con sus tetas y su culo, para el guión ello alcanza.
Eso sí, una de las dificultades más considerables de cintas como éstas, es que por allí haya gags dedicados a satirizar situaciones, personajes y programas localistas que quizás el público no conozca. Entonces puede que haya ratos en que como espectadores nos perdamos la jocosidad por desconocer la obra que da origen a la ridiculización.
La parodia a mi criterio funciona, no tiene la sagacidad ni la profundidad de grandes obras del género, pero mantiene siempre atentos a las barbaridades y a las salidas vulgares que se esgrimen como núcleo argumental para cumplir con sus objetivos de hacernos pasar un rato divertido, con una alternativa que se despliega en forma políticamente incorrecta.
Tosca y chabacana sí, pero por más que sea fácil decir que es una porquería, me sigo preguntando qué tipo de película se esperaba ese público que la defenestra. Porque este filme ofrece justo lo que promete, ni más ni menos.