Una buena comedia negra que nos va mostrando cómo a un grupo de amigos se les va complicando sus respectivas vidas luego de una noche de desmadre en Las Vegas.

Es una cinta alevosa y bestial en sus alternativas, donde una simple despedida de solteros ocasiona un embrollo descomunal repleto de sangre y de situaciones delirantes.

Es una película muy dinámica en su ritmo, con muchas situaciones alocadas en las que aparecen el salvajismo y el instinto asesino ante la desesperación, pero también hay lugar para los estados de remordimientos de conciencia.

Típico filme donde el descontrol y los enredos se apoderan del relato, pero en esta ocasión los mismos aparecen sumamente exacerbados dando lugar a un festín truculento cercano al gore y alejado de la simple comedia con inocente humor negro.

Gran trabajo interpretativo del elenco entero, donde se puede destacar a Christian Slater interpretando a un joven despiadado que no medirá consecuencias con tal de no verse involucrado en problemas. También no estaría mal mencionar a Daniel Stern como otra actuación descollante, interpretando a un judío muy escrupuloso de conciencia.
Cameron Diaz, bellísima como siempre, da vida a una histérica novia que quiere realizar obsesivamente su boda sin que falle ningún detalle. Una pena que su personaje aparezca poco, aunque cuando lo hace al final, aparece en todo su esplendor y brindando un giro inesperado. Es la guinda del postre para este espectáculo que se desmadra de manera impactante.

La historia se presenta interesante todo el metraje. Y aunque al principio el filme parece encaminarse a desarrollar una comedia romántica más del montón, poco a poco nos vamos dando cuenta de que las circunstancias se suben de tono. Tanto es así que el término de comedia negra por allí le queda chico, y pasamos a pensar en una película donde el crimen y la atrocidad dominan la pantalla gran parte del metraje.

En fin, una película para recomendar, pues te entusiasma de principio a fin y porque tiene muchas escenas para recordar, sobre todo por el alto grado de violencia, de delirio y de salvajismo que van surgiendo en el retorcido y macabro argumento.
Para felicitar es el que hayan películas como éstas, donde se asumen riesgos de ser tildada de “reaccionaria” por el sólo hecho de no ser edulcorada ni comercialmente apta para todos los paladares. Un merecidísimo siete.