Desde el primer minuto, uno percibe que está ante una de esas películas con ciertas escenas que no se borran en la vida. La riqueza del guión y el atractivo, tanto de los personajes como de los actores (Newman y Redford) es causa fundamental de ello. Dejan huella, como sus caballos cuando escapaban de la justicia...No obstante, si me tuviera que quedar con alguno, sería con Butch: un personaje que ya ha quedado mitificado en la Historia del cine en la figura de otro mito: Paul Newman.

Es divertida, pero trágica... tiene una historia tradicional, pero con un tratamiento y estética innovadores... En definitiva, una película, que aunque parezca similar a otras del género, incorpora muchos elementos que la elevan por encima de los estereotipos y la encumbran a la lista de las grandes obras del Séptimo Arte.