Clive Barker y las perversiones sexuales siempre tuvieron cierta relación. Ya observamos este detalle en su célebre "The Hellbound Heart", ulteriormente adaptada a la gran pantalla por el mismo Barker en "Hellraiser" (1987), y donde se nos mostraba una narración con claras referencias al sadomasoquismo.
"El cuento de Haeckel" se adentra de nuevo en la parafilia, aunque en este caso explora en otros ámbitos distintos al dolor, ya que nos muestra hasta qué punto puede llegar la concupiscencia sexo-sentimental humana. El amor antinatura, el deseo de lo prohibido, la derrota de la muerte, la pretensión científica desmedida y, en definitiva, los bajos valores humanos, nos son mostrados por un McNaughton que bebe irremediablemente de Mary Shelley, Edgar Allan Poe e incluso del nipón Shinya Tsukamoto y su obra Tetsuo (1988).
El resultado es una historia de época bastante curiosa y arriesgada, donde el sexo se incentiva aún más que en el resto de episodios de Masters of Horror y, que para no variar, incorpora a una chica ultra buenorra. Quién fuera muerto.