Extraña y enigmática película que tiene entre sus posibles activos infinitas interpretaciones. El guión roza en líneas generales la idealización infantil, en cuanto que propone situaciones absolutamente alejadas de la realidad y la historia en sí es un cumulo de situaciones más que improbables tratadas por el director con rigorosidad de verosimilitud. Por momentos pareces estar ante un cuento o fábula -con pretendida moraleja- por cuanto que te alejas de las motivaciones de la película y guardas tantas distancias con la historia que pierdes la perspectiva y un poco te crees todo lo que el director te quiera contar, sin darle demasiada importancia. Pero no sería justo tratar con excesivo desdén esta cinta. La película se hace pesada, su duración es incovenientemente alargada y cuenta con demasiados personajes, sí, pero la peculiar dirección acaba por envolverte, es decir, creando empatía por absolutamente todos los personajes que atrapan nuestra atención. Eso, creo, es un mérito. No existen buenos ni malos, de alguna manera todos se hacen comprender por el espectador, porque todos nos acaban convenciendo de sus motivaciones. La interpretación de Kate Winslet -con el personaje más complicado de la historia- es una vez más espectacular. No le dieron el Oscar, pero brilla a dicha altura, su carrera sigue en ascenso y trabaja igual de bien en Europa que en Estados Unidos.
Ya ven que en esta crítica se mezclan las opiniones encontradas que genera esta película, me temo que es de esas cintas que no dejarán a nadie indiferente, pero que yo recomiendo contemplar.