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Voto de pablo garcia del pino:
10
Cine negro. Drama Un profesor de universidad y su amante, una mujer casada de la alta burguesía, atropellan accidentalmente a un ciclista. Temerorosos de que se descubra el adulterio, deciden ocultar el trágico accidente. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2007
38 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que este gran film de Juan Antonio Bardem es deudor de "Cronaca d'un amore" del maestro Antonioni, nadie lo pone en duda. Pero Bardem lo mejora: es muy superior a su predecesora. Sorprendió en Cannes en 1955 y se llevó el premio. Pese a retratar una época, puede ser muy bien una película intemporal, puesto que el detonante moral, el egoísmo de las altas burguesías sociales, y las crisis de conciencia, permanecen en el tiempo de los hombres, hoy lo mismo que ayer. "Muerte de un ciclista" tiene ese aura de un cine que, precedido de tanta rancia y folklórica frustración en la deprimente España de posguerra, madura por primera vez y se hace adulto. El ojo de Bardem recorre ese Madrid grisáceo, de húmedos adoquinados, sus barrios empobrecidos, y esos aledaños paisajes desolados, con la misma fuerza que un entusiasta del thriller. Pero es más que eso. La película es como un documento precioso de esas interioridades arruinadas por una repugnante guerra civil, que daría larga vida a las nuevas miserias éticas de sus vencedores. Sus capas sociales son atarugadas, vomitativas (y hasta criminales inconfesas). Closas las aguanta hasta en el Noticiario Cinematográfico, y ha de contener sus náuseas. Su beatería y sus fiestas benéficas ("¡para los niños pobres, para los niños tontos!" exclama irónica y burlonamente una reaccionaria e insoportable amiga de la Bosé) son como una parábola de aquella putrefacta sociedad adinerada y, por supuesto, adicta al régimen franquista. Alberto Closas demostró su gran categoría de actor. Su carrera (¡a la fuerza ahorcan!) tomó un rumbo equivocado al dedicarse a la comedia. A Lucía Bosé (exquisitamente doblada por Elsa Fábregas) Bardem la cuida, la mima. Está mejorada, muy superior a su etapa italiana. Guapísima y excelente como actriz. Se la tuvieron que cargar al final, no por conservadora egocéntrica y asesina, ¡sino por adúltera!. ¡Las "moralinas alcanforadas" de la censura eclesiástica no perdonaban!, aunque, en lo que respecta a la parte estatal, se despistaron un tanto con la huelga estudiantil. Carlos Casaravilla (en su mejor papel) es el Pepito Grillo perfecto, un aldabonazo necesario, aunque inútil, a la conciencia de aquellas capas pestilentes. El apogeo de miradas, de dudas, miedos y enfrentamientos, en el tiberio que se organiza en el "tablao flamenco", es electrizante, ¡genial!; una traducción definitiva de las crisis de sus personajes que, por un momento, parece que van a destrozarse los unos a los otros. Bardem fue valiente, polémico. Y su llamada, ¡apremiante!, a que Europa se solidarizara con el buen cine que podía hacerse en nuestro país, aún nos conmueve y admira. Fue un estilista prestigioso e inolvidable. "Muerte de un ciclista" será tan eterna y perfecta como cualquier monumento indeleble al paso del tiempo.
pablo garcia del pino
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