Ciertamente no es un filme demasiado consistente. El guion es flojo en todos sus aspectos y detalles; las brujas son bastante blanditas y poco tienen que ver con las de 1996. Es, como todo en estos tiempos, políticamente correcta. Dirigida por Zoe Lister-Jones (actriz de New Girl y de unas cuantas películas y series más), parece que le ha dado miedo devolvernos a ese primer aquelarre, mucho más divertido; pero claro, lo tenía difícil sin las actrices originales. A Duchovny le he visto fatal (¿está operado de todo o le ha pasado algo?, su cara no cambia en todo el metraje y no me ha gustado nada su elección (mira que él me encanta normalmente, pero… ¡qué mal trabaja en ésta!), los demás están todos bien, no puedo destacar el trabajo de ninguno, pero no lo hacen mal. Spaeny, nuestra bruja recién llegada con un nombre interesante (si recordamos las ideas de las originales), Lily, puede llegar a ser una gran actriz, aunque tiene que arriesgarse mucho más. Para eso tenemos a Gideon Adlon, aquí Franki, conocida en mi caso por la serie The Society; mola mucho, es la mejor de todas. Lovie Simone, es Tabby, su papel es suave, sin hacerlo mal no me ha provocado ninguna sensación. Zoey Luna, Lourdes en The Craft, tiene posibilidades muy altas de llegar lejos; tiene carácter a pesar de las circunstancias de su guion. Y ahora la pregunta… ¿por qué un seis cuando escribo que es blandita? Pues porque tampoco se merece un suspenso. Considero que es un cinco, que al final es de corta duración, nos entretiene y los que fuimos al cine de pre adolescentes a ver la primera nos podemos quejar sin problemas de que nada puede compararse con esas chicas enfadas y poderosas que eran Robin Tunney, Neve Campbell, Raichel True y nuestra querida Fairuza Balk.