Maravillosa, con un guion sólido, pulcro, sin apenas errores. Dos actores que están impresionantes, James Stewart y sobre todo la bella y espectacular Kim Novak. Sí, esto es cine de verdad, el que te atrapa en una historia, el que te sorprende a cada minuto. 1958, no tenían todas las posibilidades que hay ahora y sin embargo el gran maestro Hitchock sabe enamorar al personal, creando una historia enrevesada a nivel psicológico, con una música que mantiene el buen pulso durante toda la cinta. Una fotografía extraordinaria para la época.
Esto, señores críticos sí es buen cine.
Definitivamente como dicen algunos de mis compañeros de críticas yo me quedo con el Séptimo arte de hace años. A mí también me cuesta desde hace mucho tiempo encontrar una película que realmente crea que merezca la pena ganar premios, porque como he escrito en más ocasiones, la gran pantalla no es solo ir a un exposición de buenas imágenes, el cine tiene que atrapar al espectador, entretenerlo y por supuesto acompañado de todo lo que que lo convierte en este arte, es decir, buena música, buenos actores, buenos planos y buenas y adecuadas localizaciones.
La verdad es que no me imagino a uno de estos maestros viendo la basura que se hace ahora. Cintas largas, pesadas, con mucho efecto especial pero sin contenido que interese...
Así que, dicho esto, os invito a ver más clásicos.