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España España · A Coruña
Voto de Puercoespín:
2
Drama Una mujer anciana es dueña del apartamento en que vive con su hijo. La mujer está enferma, y una joven enfermera, acompañada por su novio, se ha mudado con ella para administrarle las inyecciones. (FILMAFFINITY)
29 de abril de 2009
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer fui a ver al fin una película de Béla Tarr, director por el que sentía mucha curiosidad tras leer varias críticas de sus películas y de su estilo de cine (al menos de su "segunda época"). Hasta ese momento sólo había visto algunas espectaculares imágenes de Sátántangó y El Hombre de Londres que me impresionaron visualmente. Por otro lado, esta película tiene buena puntuación en Filmaffinity y en varias ocasiones encuentro comparaciones entre Tarr y Tarkovsky, director por el que reconozco mi enorme admiración.

Pues bien, el chasco que me llevé es de campeonato. Salí con ciertas dudas de si se trata de un acto de esnobismo, de un producto fallido, o en el mejor de los casos de un problema personal mío de recepción del mensaje de la película (y de su desarrollo, muy importante). Me parece larga sin justificación, meramente teatral y poco sincera a nivel artístico, con elementos artificales que se supone que quedarán bien (lo de la silla que se veía a través de la ventana ya me lo tomé a chiste) pero que en muchas ocasiones resultan absurdos y no integrados. Diría que busca una belleza plástica alternativa sin encontrarla (luz saliendo de la mesa de cocina, pelea sobre el suelo de cristal o paredes con papel arrugado - ¿será la irregularidad de las paredes la influencia de Tarkovsky? -) El abuso de los diálogos densos y "¿profundos?" parece muchas veces una mera justificación de una supuesta complejidad cultural o psicológica para las que no estoy preparado. El juego de rojos y azules (que puede que tengan un significado, yo no lo encontré) en combinación muchas veces con las tonalidades verdes y una fotografía que deja mucho que desear, resulta en un aspecto cutre y dejado desde el punto de vista de la propia película, que ya no de la impresión que los escenarios deben ofrecer. Además, y aunque sea una tontería, parece que sólo consigue rellenar, acentuar o romper la monotonía de muchas escenas recurriendo a los cigarrillos de los protagonistas (sin sacarle ni de lejos el partido que por ejemplo Wong Kar Wai obtiene en varias escenas de Deseando Amar).

Me parece la obra de alguien que quiere llamar la atención desde una posición underground más que de alguien con preocupaciones reales que analiza o plasma en la película mediante un estilo que fluye de manera natural. En resumen, mi impresión es la de haber asistido a una mentira artística que aburre mucho y cansa. Sólo espero que pese a la puntuación que tiene, no se trate ni de lejos de una de sus mejores obras.
Puercoespín
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