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Voto de Riesgo Doceñal :
10
Musical. Comedia. Terror Cuando una pareja regresa de la boda de unos amigos, estalla una violenta tormenta y el coche se les avería. Así las cosas, no tienen más remedio que refugiarse en un castillo, donde el doctor Frank-N-Furter vive entregado a la fabricación de una especie de Frankenstein. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard O'Brien es un actor, cantante, presentador y director teatral que en 1973 llevaría acabo una de las obras teatrales más bizarras de la historia "The Rocky Horror Show". Dos años después, el elenco original llevaría la obra al cine (Ahora bajo el nombre de "The Rocky Horror Picture Show"); la cinta fue un fracaso en taquilla, pero el tiempo la ha convertido en la obra de culto por excelencia. Y es que la película de Jim Sharman rompe todas las convicciones del género, presentando una cinta sexual, extraña, ácida, provocativa, picantona, kitsch y sobre todo maravillosa.

Brad (Barry Bostwick) y Janet (Susan Sarandon) están recién prometidos y ponen rumbo a la ciudad para contarle al Dr. Everett Scott (Jonathan Adams) la buena noticia. A mitad de camino, Brad y Janet se quedan tirados en medio de la nada; por tanto deciden entrar a una mansión cercana para pedir ayuda. Una vez dentro, Brad y Janet se encuentran con una misteriosa galería de personajes donde destaca el Dr. Frank-N-Furter (Tim Curry), un científico travestí que pretende crear una criatura (Peter Hinwood) a la que usar como compañero sexual.

O'Brien y Sharman crea un musical diferente a los demás, con una trama loca e incomprensible, una estética desfasada, unos personajes variopintos, una atmósfera sexual y un mensaje de comprensión, respeto y amor propio. Las canciones también están acordes a la estética de la película, podemos destacar canciones como "Time Warp", "Sweet Transvestite", "I can make you a man", "Damn it Janet", "Don't dream it, be it" o mi favorita "Science Fiction/Double Feature" (Canción que habla sobre películas de serie B de los 50 y 60, de las que la cinta bebe mucho). Pero aunque la película puede echar para atrás en un principio; la cinta resulta hipnotica, convirtiendo sus casi 100 minutos en un espectáculo sexual, extraño y maravilloso del que saldrás cantando, bailando y convertido en otro fan que se ha dejado llevar por el placer absoluto.

En resúmen, la cinta de O'Brien y Sharman es una obra imperdible para cualquier fan de los musicales y del cine más extraño, jocoso y kitsch.

LETS DO THE TIME WARP AGAIN!!!!
Riesgo Doceñal
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