Thor quisiera parecerse a John Matrix, pero en lugar de vivir con la pequeña Alyssa Milano estampándole helados en la cara, se dedica a colechar con gallinas, beber cerveza caliente y a la meditación subacuática. En eso que aparece la prima de Nairobi y le confunde con un mandaloriano. Acepta el encargo de rescatar al heredero del clan Pita Pita Del y se va a Mumbai, donde se liará a tiros con Rafa Nadal jugando al frogger en vivo con el tráfico, todo ello grabado por el cámara de La Bruja de Blair que se toma muy en serio eso de "No pares de grabar" que tanto decían en [REC].

En eso que el sheriff Hooper, que no estaba muerto, estaba de parranda, y le ofrece un combinado de analgésicos y whisky escocés. Pero Thor está más traumatizado que John Rambo por los flashblacks de playas borrosas y música bajonera, por lo que su primera directiva le impide cargarse a los Goonies del infierno, así que salen por patas hacia un puente en el que Ada Colau aun no ha pintado líneas de colores ni restringido el tráfico. Tras un par de snippers y una explosión de un helicóptero CGI, la cosa concluye aun más de bajón con un plano borroso y desenfocado, no sea que se tenga que justificar una segunda parte.

Un 'one-army-man' bajonero que gustará a accionófilos.