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Voto de simón:
6
6,2
1.688
Drama
Ferguson, un escocés aventurero y escritor de guías turísticas, visita el norte de España para completar su última publicación. La autocaravana que conduce lo deja tirado cerca de una central térmica. Obligado a permanecer allí, entabla una peculiar amistad con Federico, un campesino que cree que gracias al compromiso de Kyoto se va a cerrar la central que contamina el valle. Federico le mostrará a Ferguson la singular vida de los ... [+]
3 de diciembre de 2008
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene su mérito realizar una película claramente política, abordando temas de tan candente actualidad y abiertos hoy día a debate, mostrando casi una única perspectiva, un aleccionador punto de vista, y que ésta pueda ser considerada como digna de ser vista.
Diáfanas resultan las intenciones del director, no trata en ningún momento de ocultarlas, a la hora de reflejar su punto de vista no sólo en temas medioambientales (departiendo sobre la inconveniencias de las energías contaminantes, a pesar de su notable rentabilidad económica) sino también ideológicos (en las que quedan meridianamente claras con sus referencias a las costumbres escocesas en clara contraposición con las inglesas) y sociales (reflejando la desestructuración de un tejido social como el asturiano, desenraizado de sus más ancestrales señas), dejando bien a las claras posiciones ya remarcadas en sus dos anteriores films, por cierto, magnífico el momento en el que el protagonista desvela el final no visto del primer largo de Quirós:” Pídele cuentas al Rey”, mostrando el desencanto propio del que sabe que la vida no tiene más aliciente que el de luchar por el amor de tus seres queridos.
Película que debate, siempre decantándose claramente hacia el mismo lado de la balanza, sobre las distintas formas de experimentar una vida, subrayando quizás en demasía, las evidentes diferencias entre dos personajes opuestos: el uno anclado en su propio universo, que no era más que el pueblecito en el que había crecido, no conociendo más mundo que el que él mismo pudiera haberse construido; el otro, un tipo sin destino ni rumbo, creyendo en la falacia de que la vida ya no podría sorprenderle, consciente, empero, de que estaba despojado de un hogar en el que refugiarse en caso de desamparo. Ambos comprenden y aceptan sus diferentes puntos de vista, sus distintas formas de entender y vivir una vida, creciendo al calor de sus contrastes una amistad que ni tan siquiera pudieran imaginar; surgiendo una extraña comunión que termina por revelar, que quizá no fuesen tan distintos como en un primer momento hubiese podido parecer.
Por cierto, “Cenizas del cielo”, perfecto título para remarcar la evidente metáfora de lo que el director deseaba mostrar con esta película, que no era más que el ocaso de una forma de vida condenada al más ruin de los olvidos, al albur de una plácida y autocomplaciente aquiescencia de unos políticos inanes a la hora de resolver los verdaderos problemas de aquellos que habían depositado su ya, a estas alturas, ajada esperanza.
Considerando, finalmente, la posición de Republicano de su director, no es baladí la existencia de una escena que es una de las mejores de la película, cuando el protagonista acude a visitar a Leticia, en una patética cola humana ( caras de baba incluidas) deseosa de entregar obsequios a dos enviados ante la perspectiva de una princesa ausente.
Diáfanas resultan las intenciones del director, no trata en ningún momento de ocultarlas, a la hora de reflejar su punto de vista no sólo en temas medioambientales (departiendo sobre la inconveniencias de las energías contaminantes, a pesar de su notable rentabilidad económica) sino también ideológicos (en las que quedan meridianamente claras con sus referencias a las costumbres escocesas en clara contraposición con las inglesas) y sociales (reflejando la desestructuración de un tejido social como el asturiano, desenraizado de sus más ancestrales señas), dejando bien a las claras posiciones ya remarcadas en sus dos anteriores films, por cierto, magnífico el momento en el que el protagonista desvela el final no visto del primer largo de Quirós:” Pídele cuentas al Rey”, mostrando el desencanto propio del que sabe que la vida no tiene más aliciente que el de luchar por el amor de tus seres queridos.
Película que debate, siempre decantándose claramente hacia el mismo lado de la balanza, sobre las distintas formas de experimentar una vida, subrayando quizás en demasía, las evidentes diferencias entre dos personajes opuestos: el uno anclado en su propio universo, que no era más que el pueblecito en el que había crecido, no conociendo más mundo que el que él mismo pudiera haberse construido; el otro, un tipo sin destino ni rumbo, creyendo en la falacia de que la vida ya no podría sorprenderle, consciente, empero, de que estaba despojado de un hogar en el que refugiarse en caso de desamparo. Ambos comprenden y aceptan sus diferentes puntos de vista, sus distintas formas de entender y vivir una vida, creciendo al calor de sus contrastes una amistad que ni tan siquiera pudieran imaginar; surgiendo una extraña comunión que termina por revelar, que quizá no fuesen tan distintos como en un primer momento hubiese podido parecer.
Por cierto, “Cenizas del cielo”, perfecto título para remarcar la evidente metáfora de lo que el director deseaba mostrar con esta película, que no era más que el ocaso de una forma de vida condenada al más ruin de los olvidos, al albur de una plácida y autocomplaciente aquiescencia de unos políticos inanes a la hora de resolver los verdaderos problemas de aquellos que habían depositado su ya, a estas alturas, ajada esperanza.
Considerando, finalmente, la posición de Republicano de su director, no es baladí la existencia de una escena que es una de las mejores de la película, cuando el protagonista acude a visitar a Leticia, en una patética cola humana ( caras de baba incluidas) deseosa de entregar obsequios a dos enviados ante la perspectiva de una princesa ausente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo mejor de la película:
La escenas ya relatadas, la de la cola expectante ante la princesa, y en la que desvela el destino del personaje de Antonio Resines en "Pídele cuentas al Rey".
La secuencia inicial, mostrando las modernas y necesarias autovías, en contraposición con la escena que se concatena inmediatamente después, en la que aparece una antigua carretera entre montañas en la Asturias más profunda.
El apagón que se produce en cierto momento de la película, sobre todo por lo que representa en la misma: el haz y el envés, la cara y la cruz de una lucha llevada a extremos extenuantes.
La figura del sindicalista en sí misma, aunque sus intervenciones no siempre sean ejemplares.
La relación surgida en el Chat, porque representa un destello de modernidad dentro de una sociedad anclada, para bien o para mal, en sus propios y anquilosados códigos. Notable el momento en el que la chica recibe con el dinero de la venta de las vacas de su madre una cámara para poder chatear.
La relación de amistad entre sus protagonistas, por lo que confrontan en cada una de sus conversaciones.
Lo peor:
Todo lo dicho en la zona de la crítica.
La muerte del protagonista
La escenas ya relatadas, la de la cola expectante ante la princesa, y en la que desvela el destino del personaje de Antonio Resines en "Pídele cuentas al Rey".
La secuencia inicial, mostrando las modernas y necesarias autovías, en contraposición con la escena que se concatena inmediatamente después, en la que aparece una antigua carretera entre montañas en la Asturias más profunda.
El apagón que se produce en cierto momento de la película, sobre todo por lo que representa en la misma: el haz y el envés, la cara y la cruz de una lucha llevada a extremos extenuantes.
La figura del sindicalista en sí misma, aunque sus intervenciones no siempre sean ejemplares.
La relación surgida en el Chat, porque representa un destello de modernidad dentro de una sociedad anclada, para bien o para mal, en sus propios y anquilosados códigos. Notable el momento en el que la chica recibe con el dinero de la venta de las vacas de su madre una cámara para poder chatear.
La relación de amistad entre sus protagonistas, por lo que confrontan en cada una de sus conversaciones.
Lo peor:
Todo lo dicho en la zona de la crítica.
La muerte del protagonista