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Voto de chache44:
3
4,9
16.118
Comedia
Después de treinta años, cinco amigos vuelven a verse para asistir al funeral de su entrenador de baloncesto de la infancia. Con sus esposas e hijos a cuestas, deciden pasar el fin de semana del 4 de julio en una casa cerca de un lago, en la que muchos años antes habían celebrado la conquista de un campeonato. Curiosamente, esos días de convivencia les harán comprender que, a pesar de que ya son personas adultas, en realidad no han madurado. (FILMAFFINITY) [+]
17 de junio de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fundación "Salvemos a Steve Buscemi" tiene como objetivo recaudar fondos que serán destinados a pagar las facturas de agua y luz de Steve Buscemi impidiendo así que el actor se vea obligado a arrastrarse ante las cámaras a cambio de garbanzos. Si quieres contribuir puedes enviar tu donativo a una dirección postal fijada ante notario (curiosamente, mi domicilio personal) o mandar libros de autoayuda para que Buscemi pueda superar el miedo que le provocan las entrevistas de trabajo del lavadero de coches, donde podría lograr un empleo mucho más digno que el que actualmente desempeña.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película en sí misma no es demasiado horrorosa. Sólo es mala. Teniendo en cuenta que está producida y protagonizada por capullo Sandler, podríamos decir que estamos ante todo un peliculón. La mejor de Adam. De hecho, si sólo existieran películas protagonizadas por caracapullo ésta que nos ocupa sería un clásico imperecedero instantáneo, tanto de la comedia gamberra como del cine familiar. Por fortuna, hay cine más allá de Sandler.
Director, guionista, actores y el pavo de las claquetas, consiguen llevar al espectador por donde ellos quieren; al baño o a la cocina a prepararse un bocata de anchoas, por ejemplo, cada diez minutos. Eso es. En cualquier otra película de caraculo acabas esbozando sonrisas de cuando en cuando, imaginándote que el actor es devorado lenta y dolorosamente por una jauría de abogados sin escrúpulos. Aquí no sucede eso. Minipunto. Las escenas, sin aparente conexión entre ellas, avanzan sin más ante la indiferencia del espectador. Teniendo en cuenta las expectativas, otro minipunto. Estaba decidido a ponerle un pedazo de 4, pero entonces llega ese partido final de basket. No puede ser. Resulta que si tu rival es un paleto fracasado, tocapelotas, tan vacío, infantiloide y arrastrado que la felicidad de su vida depende de un jodido partido dominguero, entonces tienes que dejarle ganar. Caracapullo dixit. ¿Qué coño es ésto? Si algo se esforzaron en enseñarnos sobre el parquet los mágicos Chamberlain, O'Neal e incluso Jordan es que los mejores siempre deben procurar demostrar a los demás esa cualidad. Incluso en un jodido partido amistoso. Soy mejor que tú y te gano. Y luego ya te doy la mano y un rodillazo en los webs, pero con fairplay. Eso es. ¿Es que el mensaje del sexto partido contra los Jazz ha de caer en el olvido? ¡Jamás!
La fundación "Salvemos a Michael Jordan" tiene como objetivo recaudar fondos con los que organizar un comando de élite compuesto por mercenarios cuya misión será asaltar la mansión Jordan para rescatar a "His airness" (posiblemente el mejor deportista de siempre con permiso de Salinas y el pavo ese que casi se ahoga hace un par de Olimpiadas) de las garras de su esposa que, según me dice mi corredor de apuestas de confianza, no le permite ni siquiera echar la partidita de poker del jueves en paz. Lo tiene pillado por ahí abajo. De MVP de las finales a calzonazos total. La leyenda continúa.
Director, guionista, actores y el pavo de las claquetas, consiguen llevar al espectador por donde ellos quieren; al baño o a la cocina a prepararse un bocata de anchoas, por ejemplo, cada diez minutos. Eso es. En cualquier otra película de caraculo acabas esbozando sonrisas de cuando en cuando, imaginándote que el actor es devorado lenta y dolorosamente por una jauría de abogados sin escrúpulos. Aquí no sucede eso. Minipunto. Las escenas, sin aparente conexión entre ellas, avanzan sin más ante la indiferencia del espectador. Teniendo en cuenta las expectativas, otro minipunto. Estaba decidido a ponerle un pedazo de 4, pero entonces llega ese partido final de basket. No puede ser. Resulta que si tu rival es un paleto fracasado, tocapelotas, tan vacío, infantiloide y arrastrado que la felicidad de su vida depende de un jodido partido dominguero, entonces tienes que dejarle ganar. Caracapullo dixit. ¿Qué coño es ésto? Si algo se esforzaron en enseñarnos sobre el parquet los mágicos Chamberlain, O'Neal e incluso Jordan es que los mejores siempre deben procurar demostrar a los demás esa cualidad. Incluso en un jodido partido amistoso. Soy mejor que tú y te gano. Y luego ya te doy la mano y un rodillazo en los webs, pero con fairplay. Eso es. ¿Es que el mensaje del sexto partido contra los Jazz ha de caer en el olvido? ¡Jamás!
La fundación "Salvemos a Michael Jordan" tiene como objetivo recaudar fondos con los que organizar un comando de élite compuesto por mercenarios cuya misión será asaltar la mansión Jordan para rescatar a "His airness" (posiblemente el mejor deportista de siempre con permiso de Salinas y el pavo ese que casi se ahoga hace un par de Olimpiadas) de las garras de su esposa que, según me dice mi corredor de apuestas de confianza, no le permite ni siquiera echar la partidita de poker del jueves en paz. Lo tiene pillado por ahí abajo. De MVP de las finales a calzonazos total. La leyenda continúa.