Quienes crecimos con películas como ésta, el cristal oscuro, dentro del laberinto... podríamos considerarnos afortunados en comparación con la chavalería de hoy día. Es cierto que al verla en la actualidad (como algunas de las que he citado), objetivamente, no debería pasar del aprobado. Porque pertenece a otra época, otra forma de ver y sentir la fantasía, ante la cual, después de todas las mierdas que nos hemos tragado, nos sentimos desorientados, sintiendo que falta algo, que la obra queda inacabada... He dicho que las historias cambian, pero esta vez miento. Lo que ha cambiado, a peor, son los ojos del que la observa, la mente que la procesa. Por eso, ante mi sorpresa, no me ha agradado en exceso la película. Guarda momentos míticos y entrañables, cierto, pero me da la sensación de estar mirando un cadáver. Ya he dicho que no es culpa de la peli, sino mía (curiosamente "El cuentacuentos" me sigue encantando), y aunque cadáver, sigue formando parte de mi vida, de una etapa desenfadada y llena de fantasía. Por eso, por los buenos recuerdos y la relativa complicidad que despierta en mí, decido ponerle un 6. Pero prevengo a los que la vieron de pequeños contra la tentación de volver a visionarla. No es buena idea, hay cosas del pasado que hay que dejar donde en su día quedaron. Y ésta es una película para niños.