Nunca será la película que rompa moldes y que generaciones actuales recuerden en un futuro. Ni pretende serlo.

La película busca sentar en la butaca del cine a aquellas personas que crecieron con los personajes, que compartieron situaciones, y que la corriente de la vida les ha llevado a una etapa donde las responsabilidades han cambiado, donde la loca inmadurez de la adolescencia se presenta sólo cuando se abre la caja de los recuerdos, y en dosis muy pequeñas. El espectador no busca solo situaciones hilarantes y cómicas, sino que desea saber qué ha sido de los personajes que en su día fueron iconos, sintiéndose satisfecho al comprobar que por ellos también ha pasado el tiempo.

Es así como American Reunion, aún manteniendo su espíritu gamberro, deja da de ser una comedia para convertirse en una película nostálgica. ¿Qué es la nostalgia? En cierto modo, es como un eco que emana del pasado y llena de un sabor especial el alma del ser humano. La nostalgia remite al recuerdo, al ayer, al pasado, en última instancia, implica la aceptación de un objeto, situación o persona que se echa de menos. Es decir, se echa de menos algo que se añora porque fue importante y tuvo un significado especial para el corazón.

La película no tiene ningún sentido sin sus tres primeras partes. Probablemente la que más he disfrutado, no por su contenido, sino por su significado. Aún recuerdo a la perfección muchos momentos que viví en la juventud, a amigos que se han quedado por el camino, cómo dibujamos un futuro en el que poder ser felices de la manera más sincera posible, al igual que los personajes, y que el tiempo los ha guardado en un recuerdo. Tal vez porque la memoria del corazón es infinita cuando hablamos de amor y de esperanza.