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Voto de Lucas Liz:
6
Drama Crónica de la vida de ocho trabajadores de un poderoso banco de inversión durante las 24 horas previas al inicio de la crisis financiera de 2008. Cuando Peter Sullivan (Zachary Quinto), un analista principiante, revela datos que podrían conducir la empresa a la ruina, se desencadena una catarata de decisiones tanto morales como financieras que producen un terremoto en la vida de los implicados en el inminente desastre. (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2012
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Película de finanzas, sobre lo poco entendible que es este mundillo y sobre cómo se negocia con dinero y productos ficticios de dudosa legalidad y reprochables (al menos bajo nuestro punto de vista) moralmente. Es una cinta que no sólo bucea en los comienzos de la crisis financiera y económica que nos ha caído a todos encima como una losa, sin comerlo ni beberlo (aunque como dice un amigo mío, "un poco de culpa tenemos todos"), sino también trata de reflexionar sobre ese mundo financiero, de dinero ficticio, donde no se produce ni se fabrica nada, no se está generando riqueza, únicamente se juega con productos financieros extraños, se transfiere deuda de unas entidades a otras, jugando con los tipos de interés y la más pura de las especulaciones.
A pesar de la temática y del vocabulario empleado, en ocasiones muy lejano a nuestros nulos conocimientos del mundo de las finanzas (tampoco queremos), la película nos deja un poso agradable y a la vez preocupante, inquietante. Agradable porque nos ha sido entretenida y nos ha hecho pasar un buen rato frente al televisor disfrutando de unos segundos de cine. Preocupante e inquietante por muchos motivos. Nos presenta la fragilidad de un mundo ficticio e inmoral, donde se juega con dinero que no existe, manejando fríamente los números y los índices de rentabilidad. Números que se alejan de las personas, pero que tristemente están condicionando, y mucho, la vida de las mismas. No es un mundo productivo que genere riqueza, es un "mundo odioso" donde reinan la especulación, la mentira y el juego inmoral. Insisto, un mundo que no produce y sólo genera dinero usando un dinero que normalmente no es suyo. Pero señores, nuestro "amado" capitalismo es así, tiene esas asquerosas reglas. Y más inquietante aún (pánico nos provoca) es cómo nos muestra la fragilidad y la volatilidad del mismo: la decisión de unos pocos puede derrumbar el mundo y la vida del resto, haciendo que todos nos tambaleemos. Todos salvo ellos mismos; esos pocos cabrones que seguirán ganando millones y millones de euros o dólares a costa de hacernos sufrir y de jugar con nuestro dinero, tal y como ya nos mostrase ese gran documental llamado Inside Job. Como bien resume el final del film, parece que la propia crisis es una gran oportunidad para "los mismos" de seguir ganando dinero. Serán los mismos maleantes con distinta chaqueta y distinta insignia, pero seguirán haciendo lo mismo: jodernos mientras amansan montañas obscenas de dinero, con la impunidad política que les permite remover el río para pescar todavía más en él.
Un reparto excelente y creíble lo hace todavía más inquietante. Buenas interpretaciones de un plantel de lujo destacando a nuestro amado Kevin Spacey, a Paul Bettany (aquel gran Silas de El Código da Vinci), a Jeremy Irons (en este caso no tan brillante como en otras ocasiones), Demi Moore, Stanley Tucci, etc.
De todas formas, no siempre es fácil seguir la trama. En lo básico, básico, sí. Pero el vocabulario, el ritmo alocado por momentos y la cantidad de mandos de la empresa con capacidad de decisión, pueden alejar y confundir al espectador, quien puede abandonar la historia en poco tiempo. Quizá sea redundante también en las cuestiones salariales, monetarias, en las indemnizaciones de despido y en la frialdad del mundo financiero y de sus empresas, escenificado en los despidos; todo ello se refleja desde el principio y tampoco era necesario explotarlo.
Un aspecto que se toca muy tangencialmente y en el que no se profundiza, es la relación trabajo-vida personal de estos individuos (permitannos tratarles con este término tan poco cercano y casi impersonal). Sus inquietudes, si las tienen, más allá del dinero.
Lucas Liz
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