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Voto de Lucas Liz:
4
Drama Steve Butler (Matt Damon), un ejecutivo de una gran empresa, llega a un pueblo con una compañera de trabajo (Frances McDormand) para comprar los derechos de perforación a los propietarios de las tierras, casi todos ganaderos. En esa población, asolada por la crisis económica de los últimos años, Steve intentará convencer a la gente de los beneficios de perforar sus tierras, pero también tendrá ocasión de reconsiderar lo que ha sido su ... [+]
9 de mayo de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Título muy bíblico para acometer la problemática del "fracking" o fractura hidráulica para el extracción de yacimientos de gas natural no convencional, lo que puede suponer el aprovechamiento de un amplio recurso, una solución energética, el aseguramiento del suministro para muchos años, una gran fuente de ingresos económicos y una amplia incógnita ambiental, por los impactos que pueden generar en la salud de las personas y los ecosistemas; los cuales, parece, ni siquiera son del todo conocidos en la actualidad.
La importancia de esta técnica de extracción de gas natural radica en la abundancia del recurso y en su amplísima distribución geográfica. Se trata de yacimientos no convencionales cuya explotación es algo más compleja, pero que, dada su abundancia, han permitido, por ejemplo, que un país como Estados Unidos haya pasado de ser importador de gas natural a ser exportador. Por contra, los impactos ambientales sobre los ecosistemas (suelos, aguas subterráneas, etc.) están todavía debatiéndose y las condiciones de seguridad para perforar sin riesgo alguno no son del todo claras, presentándose, por tanto, un gran rechazo social.
Todo este efervescente debate fue sin duda el reclamo para que nos metiésemos en la sala de cine y comprobásemos cómo y qué es exactamente lo que se trata en esta cinta.
Los protagonistas de la película, Matt Damon y John Krasinski, dan forman al guión que ejecuta Gus van Sant, quien ya coincidiese con el primero en El Indomable Will Hunting y que tan buenas sensaciones y críticas dejase, adornadas además con algún que otro premio. En esta ocasión, el guión aprovecha una temática de gran actualidad para construir una historia que no sólo hablé de eso, sino que también aborde las dudas individuales, los intereses empresariales, el conocimiento y la difusión del mismo, el papel y posición de dominio de las grandes empresas y multinacionales, las cuales pueden jugar con los intereses y las necesidades de las personas, aprovechándose aún más cuando éstas lo necesitan y se ven ahogadas por duras condiciones laborales y económicas. Tratando de abordar todo ello, aunque sea tangencialmente, este guión nos deja muchas dudas y la sensación de que no está del todo completo.
Se construye un drama que si bien es bastante correcto y amable, va decayendo hasta desvanecerse en el más absoluto de los aburrimientos y generándote muchas dudas, sobre todo por la falta de autenticidad del mismo, rematado por un final difícilmente creíble y, por cierto, muy visto en el cine: quiten el fracking y la multinacional gasista y pónganle otros apellidos, y se darán cuenta que esté final redentor y de reconversión, ya lo hemos visto otras veces.
La problemática ambiental que se pone de manifiesto logra acercarse al espectador, pero la forma en la que se ejecuta, sobre todo en la segunda mitad de la cinta, deja sombras que pueden confundir a un espectador no docto en la temática, haciéndole perder visión, objetividad y neutralidad sobre la misma. Ese aspecto, en sí mismo, puede generar dudas y emborronar el mensaje sobre la problemática en cuestión, sobre la cual, en la actualidad, ni la comunidad científica se pone de acuerdo.
Sin ánimo de aburrirles y con objeto de no cansarles más, simplemente concluir con la recomendación de que se la pueden ahorrar. Ya habrá tiempo de verla una tarde de domingo delante del televisor de casa.
Lucas Liz
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