Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Lucas Liz:
6
Intriga. Thriller Años 70, en plena guerra fría. El fracaso de una misión especial en Hungría provoca un cambio en la cúpula de los servicios secretos británicos. Uno de los defenestrados es el agente George Smiley. Sin embargo, cuando ya se había hecho a la idea de retirarse, le encargan una nueva misión: se sospecha que hay un “topo” infiltrado en la cúpula del Servicio y sólo alguien de fuera puede averiguar quién es. Con la ayuda de otros agentes ... [+]
9 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una cinta tan fría como la guerra en la que se enmarca. Tan gélida como el sistema nervioso de los personajes que trata de retratar. Además es lenta, pausada y monorrítmica, aproximándose a la época y al mundo sombrío del espionaje, en plena batalla por conseguir y manejar información sobre el enemigo. Tiempos en los que Occidente y el muro soviético luchaban en las trincheras de los pisos francos de Europa Central.
Si bien es verdad que la frialdad, la lentitud, el ambiente sombrío y el juego de sombras son características propias del mundo al que se nos trata de aproximar, creemos sinceramente que la película adolece de algo más de fuerza y algún que otro cambio de ritmo que te despierte, te haga sobresaltar y sobrecoger. El final se te viene encima casi sin querer, casi sin darte cuenta y sin haber despertado en el espectador el más mínimo atisbo de sobresalto o emoción. No es que no logre engancharte, que lo hace, pero simplemente hace que te dejes llevar para acabar varando en un final plano y previsible, que encima casi no logra entenderse.
Junto a ese ritmo monótono, su otro gran pecado (grandísimo) es que requiere de un gran esfuerzo por parte del espectador para seguir la trama y no perderse. Quizá se debe a la dificultad de trasladar la novela y la historia a la pantalla. Desde aquí reconocemos que hay cosas que no hemos entendido y no hemos logrado comprender. A ese pequeño caos comprensivo contribuyen los continuos flashbacks, las recurrentes en exceso idas y venidas al pasado, el lenguaje y la narrativa, el exceso de nombres y personajes, y posiblemente, la incapacidad del que escribe.
Aún así, con todo eso, es visualmente atractiva y los claroscuros en los que se mueve han logrado mantenernos atentos y retratar fielmente la temática y la época.
La historia viene dada por la novela. Una gran pega le ponemos: la facilidad con el que el personaje de Gary Oldman pica y acepta el encargo. En principio es reacio y entiende que se le ha jubilado y apartado del servicio. En cambio, posteriormente, con muy poquito, se convence y acepta el trabajo.
En cuanto a las interpretaciones, podemos decir que la película es sustentada y hecha realidad por Gary Oldman y la impasibilidad de su rostro. Está enorme, soberbio. Desde la interpretación seria, dominando lo sobrio, de mirada impertérrita... es quién la da forma y sentido a todo el metraje. Merecida nominación a diversos premios, entre ellos el más importante. Junto a él, otras grandes figuras de la interpretación, de entre las que destacan John Hurt y Colin Firth; ambos aprueban con un notable.
Otro brillante y renombrado elemento, con alguna nominación bajo el brazo, es la banda sonora original de nuestro Alberto Iglesias. Pensamos que algo sobrevalorada y bastante desaprovechada, dado que se quedan los mejores cortes para los títulos de crédito iniciales y finales.
Lucas Liz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow