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Voto de Angel Lopez:
7
Aventuras. Romance. Fantástico Edad Media. Una leyenda de carácter sobrenatural relata la diabólica venganza del Obispo de Aquila, que consiste en hacer imposible el amor entre Navarre (Rutger Hauer) e Isabeau Anjou (Michelle Pfeiffer). Aliándose con las fuerzas del mal, el Obispo consigue hechizar a los amantes: ella se convertirá en halcón durante el día, y él será un lobo por la noche. Eternamente unidos y separados, encontrarán un aliado en el joven lacayo ... [+]
9 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A exactamente ocho semanas antes del estreno de Los goonies, Richard Donner estrenó esta entretenida y amena historia de amor medieval basada en la historia del mismo nombre de Edward Khmara, quien escribió el guion junto a Michael Thomas y Tom Mankiewicz, hijo del célebre director Joseph L. Mankiewicz.

Donner tuvo serias dificultades durante el proceso de pre-producción de la cinta, principalmente fueron las que tuvieron que ver con el proceso de casting, es decir, a la hora de encontrar el reparto adecuado. De primeras, el realizador había considerado a Sean Connery para el papel de Navarre y a Dustin Hoffman para el de Philippe Gaston, pero el limitado presupuesto de 20 millones de dólares impuesto por la Warner se lo impedía. El realizador decidió en contar con una sola estrella y centró la atención en Hoffman, pero éste no hacía más que poner trabas. No convencido por el momento, Donner comenzó a buscar quien interpretaría al ladronzuelo de Philippe. Finalmente, y recomendado por su hermana, eligió a Matthew Broderick para el papel. Desde el principio tenía claro que para el personaje de Isabeau sería la bella Michelle Pfeiffer.

Al fin, a diez días de comenzar el rodaje y desesperado por encontrar al héroe de la función, Donner se acordó del actor neerlandés Rutger Hauer, conocido por todos por su inolvidable interpretación del replicante Nexus 6 Roy Batty en la indispensable Blade Runner.

Lady Halcón es un relato atemporal cargado de magia, fantasía e irrepetible lirismo potenciado por la música de Andrew Powell. Pero dicha atemporalidad se ve substraída por, precisamente, la banda sonora, la que irremediablemente condena a la película a la década en la que se produjo. Aun así, la película contiene un perfecto equilibrio entre drama, humor y, sobre todo, romance. Un romance que culmina en un final de esos que son capaces de emocionar hasta al más pétreo espectador. Disfrutable y encantador entretenimiento.
Angel Lopez
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