Mordaz y ácida reflexión sobre el llamado sueño americano. Sobre las ilusiones y los anhelos de la clase media americana. Esta magistral comedia dramática disecciona una familia aparentemente normal, en diversos aspectos como la infelicidad, la frustración o la búsqueda de la complacencia. Las drogas, el onanismo o la fantasía son maneras idóneas de evadirse de la realidad que no aceptas. La vida es una bolsa de plástico que se deja llevar por el soplo del viento. Unos pétalos rojos que simbolizan el amor, la pasión, la satisfacción, el entusiasmo. La vida se ve de otra forma a través de una videocámara, porque las imágenes adquieren una belleza inusual, fascinante y un significado distinto.

‘American Beauty’ retrata a una prototípica familia americana con unos personajes muy bien definidos. Un padre malhumorado, frustrado y amargado que esta pasando por una profunda crisis matrimonial. Su mujer materialista, egoísta e insatisfecha que no encuentra ningún tipo de placer en su relación. Su hija desconfiada e insegura que odia a sus padres y siente vergüenza ajena. Su amiga, la típica furcia “calienta braguetas”, guapa y presumida, de la cual se siente atraído el padre. Sus nuevos vecinos: un padre fascista y homófobo, una madre infeliz y un hijo traumatizado que actúa como un psicópata. Todas sus vidas encontrarán la felicidad cuando decidan alcanzar lo que siempre han soñado.

De entre todos ellos destaca un soberbio, magnífico e insuperable Kevin Spacey con una actuación inconcebible. Sam Mendes dirige perfectamente esta comedia dramática cuyos personajes se sumergen en el realismo y el naturalismo puro y duro. La maravillosa fotografía de Conrad L. Hall nos ofrece imágenes de gran interés y atractivo visual. La minimalista banda sonora compuesta por el gran Thomas Newman respira fantasía, deseo y tragedia.

Una comedia imprescindible.