Enérgico remake del film de Delmer Daves de 1957; en el que Glenn Ford interpreta, de una manera enigmática, a Ben Wade, el jefe de una banda de forajidos. Cuando estos asaltan una diligencia, en la que hay un gran suma de dinero, también roban los caballos de, Dan Evans, un honrado ranchero (interpretado por Van Heflin). Ben será capturado por el Sheriff y sus hombres, que junto con Dan, le conducirán al pueblo, donde tendrá que coger el tren de las 3:10 que va directo a la prisión de Yuma.

Aunque los diálogos están calcados al original, el guión de Halsted Welles, Michael Brandt y Derek Haas muestra síntomas de cambios tan notables, como un innecesario final (me quedo con el original). Una versión moderna que nos ofrece más tiros, impresionantes secuencias de acción, dinamismo narrativo y una emocionante música de Marco Beltrami. Y donde Crowe y Bale están a la altura, con un duelo interpretativo magnífico. Un apasionante western, con sabor a clásico, que revitaliza el género.