¿Qué hacen las mascotas cuando sus dueños salen fuera? Aunque el film también se hace la otra pregunta «¿Qué hacen los dueños cuando dejan solas a sus mascotas en casa?», ésta queda en el aire y es a la primera pregunta a la que Chris Renaud encuentra respuesta. Co-creador de Gru, mi villano favorito y quien, al igual que hizo John Lasseter con los juguetes en Toy Story, dota de vida privada a esos animalitos de compañía cuando sus dueños dejan de interactuar con ellos. Mascotas es un film animado sorprendentemente divertido y gracioso, que rebosa de un magnético dinamismo visual y que tiene una animación tan fresca y con una entidad propia envidiable, como demuestra su exquisito gusto por el detalle.

Mascotas no solo funciona por la eficacia de sus innumerables gags «cada cuál más gracioso que el anterior», sino por la precisión de los mismos, como los gags visuales referidos a los movimientos estratégicos de un perro salchicha o al sustrato heavy de un hierático y refinado caniche. Así como, por un mensaje dotado de un humanismo y una emotividad encomiables que, pese a seguir fórmulas convencionales del lenguaje animado y pecar de histeria en la construcción digital, resulta exitoso en su resultado final.

El film contiene todo un simpático surtido de personajes, entre los que cabe destacar a una simpática pomerania blanca fan de las telenovelas hispanoamericanas, una gata cínica desconocedora de la dieta o un conejo blanco demente pasado de moda. Además, y como no podía faltar, tiene una fantástica serie de referencias cinematográficas: desde un pájaro que introduce sutilmente la referencia a Hitchcock, la célebre frase de Con faldas y a lo loco o la bola de piedra de Indiana Jones, entre muchos otros.

Mascotas quizá quede en el cesto de las películas de animación olvidadas, pero sabe cómo entretener con frescura visual y divertir con un humor tan tópico, pero que funciona a la hora de arrancar al público, tanto infantil como adulto, más de una risotada.