Una de las películas de Billy Wilder que recuerdo con mucho encanto es ‘Sabrina’. En ella la magia, el encanto, la elegancia (simbolizada en Audrey Hepburn, tan atractiva como siempre) inundan la pantalla. Una seductora, dulce, divertida e irresistible comedia romántica basada en la obra teatral de Samuel A. Taylor. Uno de esos filmes que recordaré siempre con nostalgia y añoranza, especialmente a una radiante y hermosa Audrey Hepburn envuelta en toda una variedad de selectos vestidos. Aunque es considerada como unas de las películas inferiores de éste director, se ha convertido en un delicioso clásico.

Audrey Hepburn interpreta a Sabrina, hija del chofer de una familia adinerada, los Larrabee. Una chica tímida y pertinaz que está obsesionada con el hijo menor de la familia, David. Su padre la envía a estudiar a Paris con la esperanza de que le olvide. Pero Sabrina regresa convertida en una mujer elegante y sofisticada que cautiva a los dos hermanos Larrabee.

Una encantadora película que se trata de una variante del cuento de la Cenicienta. La canción "La Vie en Rose" de Édith Piaf, entonada por la dulce y sensual voz de Hepburn, rinde un maravilloso tributo a la ciudad de París. En cuanto al glamuroso reparto, que puedo decir, sencillamente brillante, formado por un carismático Humphrey Bogart, una lindísima Audrey Hepburn y un apuesto William Holden. En 1995 el director estadounidense Sydney Pollack realizó un innecesario remake protagonizado por Julia Ormond y Harrison Ford.