La verdad es que Drive era una de esas películas que me daba pereza ponerme a verla, aunque interiormente, sabía de sobra que no tardaría demasiado en sucumbir a la tentación de tanta buena crítica y ponerme frente a ella. Puede que en mi caso, esa primera reticencia se debiera a que últimamente encuentro el género de acción sin ideas, repetitivo, previsible.

Y de repente... cha-chán. Veo Drive, que sin ser una obra de maestra ni siquiera aproximarse a ella, sí que es un soplo de aire fresco en el género.

La acción se cuece lentamente y es entregada como lo todo lo bueno en pequeñas dosis, pero cuando esta llega, las imágenes hacen que te pegues irremediablemente en el asiento. El film muestra una imágenes violentas y tremendamente explicitas, pero creíbles al cien por cien. Los personajes están perfectamente dibujados, sobre todo el protagonista. Rayan Gosling interpreta estupendamente a un personaje de acción en ocasiones apático, silencioso (Puede que en extremo) y extrañamente frío. Sin duda esa frialdad al final es un arancel que paga el director en el desarrollo de la película, y puede que eso pase demasiada factura en muchos momentos de ella, debido a eso, el argumento nos llega o se nos transmite algo lejano. Haciendo que las emociones de los protagonistas no nos afecten.

Unas películas de acción muy entretenida. Que sabe mezclar tremendamente bien lo mejor del cine de dos décadas. Las mejores persecuciones y escenas de coches de las pelis de los setenta, con una imagen en sus personajes muy de los ochenta. Un saludo