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España España · Madrid
Voto de xalons:
6
Comedia Un neoyorquino maduro y excéntrico (Larry David) decide abandonar su acomodada vida para llevar una existencia más bohemia. Su relación con una bella joven sureña (Evan Rachel Wood) desembocará en una serie de enredos familiares y sentimentales. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva comedia de Woody Allen significa su regreso a Nueva York, después de haber rodado en Londres, Match Point, Scoop y Cassandra's Dream; y en Barcelona, Vicky Cristina Barcelona.

Cuenta la historia de un misántropo, un maduro amargado, ácido y solitario, que mantiene unas pocas amistades mientras critica con desdén al resto de la humanidad. En su vida aparecerá una joven chica, demasiado influenciable pero también atractiva por su belleza, juventud e ingenuidad.

En la interpretación de Larry David se encuentra el personaje que suele hacer Woody Allen cuando interviene cómo actor en sus films. Es facilmente reconocible en sus miedos a la muerte, y en las conversaciones sobre judios, nazis, religión, cine o los avatatares de las relaciones de pareja. Allen ha vuelto a New York y de nuevo sus personajes vuelven a estar situados entre rascacielos, la estatua de la libertad, restaurantes y calles típicamente neoyorquinas.

Cómo otras veces ya ha hecho, utiliza el recurso de que sus personajes hablen directamente a la cámara, pero esta vez de una manera más clara y rotunda, y casi desde el principio del relato, el protagonista se dirige a los espectadores de la sala de cine, y hasta le comenta a sus amigos que estamos ahí en la sala oscura viendo su vida aunque él no entiende que puede tener su vida de interesante para nosotros. Es un narrador que además de llevarnos por la historia, alude a nosotros como parte de ella por estar viendo la película. Puro metalenguaje que rompe la división entre la pantalla y el patio de butacas.

La historia es positiva, los personajes evolucionan y la comedia tiene mucha chispa. Es un retorno al cine cómico de su director, con mucha verbalidad y algunos gags geniales ("Dios es gay. Ha hecho el mundo, es el mejor diseñador"). La crítica a la sociedad americana, al fanatismo, a la asociación del rifle, y a todo lo que huela a conservadurismo; no deja de salpicar toda la trama, y los personajes más reaccionarios de la historia acaban evolucionando al extremo opuesto.

Con Whatewer Works, Woody Allen ha vuelto a su ciudad, a su tono cinematográfico reconocible, a sus mismas historias, traumas y deseos. Un regreso que cómo incondicional de sus historias agradezco. La verdad es que no me daba cuenta de lo que lo echaba de menos.
xalons
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