No por ser un obra temprana deja de ser buena, y es que Kurosawa, ya demuestra desde el principio no ser un director al uso dentro de oriente, y con grandes reminiscencias del cine norteamericano, el cine negro en esta ocasión, y el western de John Ford mas adelante, nos muestra el Japón devastado por la guerra a través de un thriller, que visto hoy en día, aún parece actual, en donde, un detective al que han robado su arma inspecciona los bajos fondos en busca de esta, enfrascándose a su vez en la incesante búsqueda del asesino que la está utilizando para perpetrar crímenes.
Un joven Mifune y Shimura comparten reparto, como otras muchas películas del maestro japonés, rayando ambos a un gran nivel.