Tercer largo de animación que nos ofrece Burton siguiendo la estética definitoria de su no especialmente larga filmografía.
En este caso el director nos muestra su peculiar forma de ver el romanticismo en una historia de ultratumba que mezcla el musical (con una excelente banda sonora) con la comedia.
En escena aparece una peculiar pareja entre un vivo y una muerta, diseñados a medida y doblados por dos de sus actores fetiche: Johnny Depp y Helena Bonham Carter (que por otro lado también es su esposa), y que desarrollan su particular escena romántica en un inframundo diseñado al gusto de Burton, lleno de colores oscuros, retorcidos edificios y diabólicas aunque adorables criaturas.
Un valioso film que, a parte de hacer reir a los más pequeños, entretiene a su vez a los mayores.