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Bolivia Bolivia · La Paz
Voto de The Mags:
4
Acción. Thriller El policía John McClane (Bruce Willis) se encuentra por sorpresa en Moscú con su hijo Jack (Jai Courtney) en el lugar y momento equivocados. Con los peores elementos de los bajos fondos rusos tras ellos y luchando contrarreloj para evitar una guerra, los dos McClane descubren que sus métodos opuestos para enfrentarse a las dificultades les pueden venir bien para aunar fuerzas para mantenerse vivos. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera pensaría que después del descomunal descalabro que supuso la cuarta parte, e incluso un cambio en la directiva de ese maligno estudio de cine conocido como “FOX”, las cosas sólo podrían mejorar.

Ésta “A Good Day to Die Hard” no tiene absolutamente nada de lo que convirtió a las primeras 3 (especialmente la primera) en un referente del cine de acción de los 80/90 y un clásico indiscutible del género. Sin embargo, aún cuando nadie con dos dedos de frente podría pedir una película similar a la entretenidísima obra maestra de John McTiernan (en especial en una época post-Avengers), éste intento de secuela decide empeorar uno de los aspectos más criticados de la cuarta entrega: John McClane ya no es el más “bad-ass” de los policías en el lugar equivocado y en el momento equivocado; es un TERMINATOR, un meme de CHUCK NORRIS, un WOLVERINE que suelta chascarrillos graciosos y palabrotas; un hombre que hace 25 años ya cojeaba y se desangraba después de una pelea con un esbirro aleatorio se ha convertido en un viejo indestructible que salta de cazas aéreos y sobrevive totalmente ileso los accidentes automovilísticos más inverosímiles y caídas abismales.

A éstas absurdas secuencias de acción no ayudan el nefasto desempeño de uno de los peores realizadores de la historia: John Moore, el incompetente detrás de la abominable Max Payne. Uno de esos cutres que siguen creyendo el slow-motion es lo más y que nada es más espectacular que una persecución mal montada dónde es imposible enterarse de quien choca a quién, quién le dispara a quién, quién cae de dónde y a dónde, qué es lo que explota y por qué. No entiendo por qué éste señor sigue teniendo trabajo.

La historia es estúpida, con giros de tuerca estúpidos. Uno nunca logra conectar con McClane como antes, simplemente no te importa en absoluto lo que le pueda pasar al que alguna vez fue uno de los personajes más carismáticos de la gran pantalla. Bruce Willis hace lo que puede con la basura que le han dado y queda alguna frase y algo del espíritu del McClane de antes; pero no lo suficiente como para rescatar la película.

Tecnicamente ésta quinta (y esperemos última) parte es idéntica a la anterior: Acción sin sentido, explosiones absurdas, villanos de vergüenza ajena, un compañero soso y un McClane lejos del icónico policía newyorkino que tanto queremos. Y todo esto esto, de cierta forma, la hace peor porque no han corregido nada más allá de la calificación por edades, que aún así no se aprovecha más que para decir unas cuantas malas palabras incluida la clásica frase “Yipee-Ka-Yei Motherfucker” (que por lo menos ahora no la “censuran” patéticamente para que los niños no se traumen y hagan tiroteos en sus escuelas). Lo que pudo haber quedado como una buena trilogía de acción se convierte en otra saga más de interminables, aborrecibles e innecesarias secuelas. ¿Cuánto faltará para el inevitable reboot/remake de turno con cameo de Bruce Willis y Alan Rickman?
The Mags
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